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Reportaje:

Invidentes en el 'laberinto' de Orgi

Navarra inaugura en un robledal de Ultzama el segundo circuito natural de España adaptado para ciegos

El laberinto ha dejado de serlo para los invidentes. El laberinto es el nombre del recorrido natural, de más de 300 metros, por el interior del robledal de Orgi, en el valle navarro de Ultzama, que las personas ciegas pueden ya realizar de forma autónoma y segura. El de Orgi es el segundo recorrido natural adaptado para invidentes que se crea en España. El único existente hasta ahora se halla en el parque natural de Collserola, en Barcelona.

"Se trata de una iniciativa que no por sencilla es menos importante. Todo lo contrario. Posibilita una interacción entre el invidente y el medio natural que no tiene parangón", señala Luis Crespo, secretario general de la Fundación ONCE, mientras realiza el recorrido marcado por la soga-guía que permite a las personas sin visión orientarse dentro del área natural recreativa. Es un espacio repleto de robles, algunos de ellos de 300 años, y salpicado de humedales donde el croar de la rana ágil y los trinos de las currucas permiten al invidente ver el bosque a través de sus otros sentidos.

El camino incluye ocho puntos de información en braille con datos sobre la flora y la fauna

Orgi (77,7 hectáreas) está situado en el concejo de Lizaso, a 23 kilómetros al norte de Pamplona, y es uno de los parajes naturales más protegido de la región. Un equipo de profesionales ayudado por voluntarios (34 estudiantes de la Universidad de Navarra) acondiciona permanentemente sus rutas, adaptadas también para el tránsito en silla de ruedas.

Tras dos años de colaboración con personas ciegas, Orgi dispone de un circuito en el que los invidentes pueden ver el tupido bosque a través del oído, el tacto y el olfato. Por apenas 28.000 euros de presupuesto, cofinanciados por el Gobierno navarro, la Fundación ONCE y Caja Navarra, los invidentes disponen de una ruta natural que pueden recorrer solos, si lo desean.

Además de la soga-guía que les dirige, el camino incluye ocho puntos de información en lenguaje braille con explicaciones sobre flora y fauna (más de 155 especies), así como reproducciones en altorrelieve de los animales y arbolado que pueblan el lugar confeccionados artesanalmente y reproducidos en plástico por la Fundación ONCE en Madrid.Con ellos, los invidentes pueden acariciar a su paso el musgo y los troncos de un robledal endémico propio del área navarro-alavesa o las hojas de los arbustos que jalonan el recorrido, cuya vegetación se ha recortado selectivamente para evitar obstáculos.

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En varios puntos del circuito, nivelado en los humedales con pasarelas de madera con zócalo, los caminantes pueden sentarse a descansar y escuchar en silencio los cantos de los pájaros. "Si lo desean, les acompañamos en una visita guiada, y si no, se les acompaña hasta el inicio del sendero adaptado, desde donde continúan por su cuenta. A veces tenemos un proteccionismo exagerado con unas personas que se valen muy bien por sí mismas", apunta Gorka Gorospe, guía de Orgi.

"Quienes trabajamos en el bosque sabemos que a veces la vista sirve para bien poco", dice Eduardo González, responsable de los equipos de protección. "Hay que aguzar el oído, poner atención y aprender a localizar a los pájaros por sus cantos, y ahí no hay diferencias entre un invidente y alguien que ve", añade.

"La sensación es extraordinaria", afirma José María Rekalde, un invidente que realizó el recorrido acompañado por un equipo de televisión que captó sus experiencias. "A veces la gente piensa que los ciegos vivimos en un túnel al margen del mundo, y eso es completamente falso", subraya José María, jubilado y gran amante de la naturaleza. "Yo voy mucho al monte y veo la naturaleza a través del viento, del sonido, de la dureza de sus distintos suelos. Este sendero es una magnífica iniciación para aficionar a los ciegos a salir al campo y disfrutar del mundo", apunta.

Zorzales y petirrojos, herrerillos y currucas acompañaron la inauguración oficial del sendero, en la que, además de los representantes de la ONCE, participaron el presidente navarro, Miguel Sanz, y su consejero de Medio Ambiente, Javier Marcotegui. Si Orgi podía vanagloriarse ya de ser uno de los parajes de ocio más visitados de Navarra (275.558 visitas desde su inauguración en 1996), ahora podrá incorporar a su estadística a unos nuevos visitantes que disfrutarán de su encanto con nuevos ojos.

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