Gore admitirá su derrota si pierde la apelación ante el Supremo de Florida
Bush recibe los primeros informes de la CIA para preparar la transición
Al Gore se vio obligado ayer a poner una fecha a su rendición: mañana, a las cuatro de la tarde (hora española), el Tribunal Supremo de Florida escuchará a demócratas y republicanos antes de emitir su decisión sobre la impugnación de los resultados oficiales que dan la victoria a George Bush. Si también pierde esta batalla, tras los dos reveses judiciales del lunes, el vicepresidente admitirá su derrota. Gore fijó ayer este plazo ante la presión que sus propios correligionarios están ejerciendo para que abandone.
Al Gore se vio obligado ayer a poner una fecha a su rendición: mañana, a las cuatro de la tarde (hora española), el Tribunal Supremo de Florida escuchará a demócratas y republicanos antes de emitir su decisión sobre la impugnación de los resultados oficiales que dan la victoria a George Bush. Si también pierde esta batalla, tras los dos reveses judiciales del lunes, el vicepresidente admitirá su derrota. Gore fijó ayer este plazo ante la presión que sus propios correligionarios están ejerciendo para que abandone. "A Gore sólo le queda la apelación ante el Supremo de Florida, que probablemente perderá. Entonces estará acabado", llegó a decir un congresista demócrata. Con su promesa, el vicepresidente arrancó así el último espaldarazo de su partido a una causa que se va difuminando con la misma velocidad con la que Bush prepara su transición: el candidato republicano y presidente electo certificado recibió ayer los primeros informes de la CIA.
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