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Más de 30.000 plazas universitarias públicas se han quedado vacías en toda España

Un informe del Consejo de Universidades revela el desajuste entre la oferta y la demanda

El análisis de la matrícula universitaria en el curso

1999-2000 revela, por primera vez, que en el sistema

universitario público español hay un "fuerte

desequilibrio de la oferta y la demanda entre las

diferentes enseñanzas, de modo que sobran plazas en

algunas enseñanzas y deben faltar en otras". Esta

conclusión aparece en el informe Oferta, demanda,

admisión y matriculación en el sistema universitario

público, redactado en noviembre por el Consejo de

Universidades con el objetivo de orientar y "tomar las

decisiones oportunas, conociendo la situación en cada

comunidad y en toda España". El estudio será puesto

sobre la mesa como punto de partida del debate que

abordarán los consejeros autonómicos, los rectores y los

representantes del Ministerio de Educación el miércoles

y el jueves de esta semana en Murcia, en sendas

reuniones de la Conferencia de Rectores de las

Universidades Españolas (CRUE) y del Consejo de

Universidades. La conclusión resulta del análisis de los

datos por comunidades de admisión y matriculación de los

procesos de julio y de septiembre, los cuales muestran

el severo desajuste habido entre las 297.606 plazas

nuevas ofrecidas en el conjunto de las comunidades

autonómas, y la matrícula final, que se cerró con un

total de 267.096 alumnos. Es decir, un desequilibrio del

10%, que dejó un saldo de 30. 510 plazas universitarias

públicas vacantes. Este dato se agrava si se tiene en

cuenta que las 48 universidades públicas habían admitido

inicialmente en primera y segunda opción un total de

283.010 alumnos (15.914 más que los matriculados

finalmente) procedentes de selectividad, FP y titulados

que inician otra carrera y los admitidos en las pruebas

de acceso a mayores de 25 años, lo que permite deducir

de entrada que la demanda no parece haber sido lo

suficientemente satisfactoria o atractiva a los ojos de

los otros 16.000 alumnos que fueron admitidos y que,

teniendo plaza, prefirieron no matricularse. El informe

es concluyente, por tanto, respecto a que "el número de

matriculados es inferior a las plazas ofrecidas en todas

las comunidades", aunque con la excepción de la

Comunidad Valenciana. Esta comunidad ha sido

tradicionalmente considerada como modelo piloto por

tener unas variables que siempre caminan en sintonía con

la media nacional. Sin embargo, la situación más

equilibrada de esta comunidad también se ha roto. A

tenor de los datos de oferta y matriculación del curso

2000-2001, recogidos de momento sólo en tres comunidades

(Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana), por

primera vez Valencia se ha quedado con un 10% de plazas

sin cubrir, según confirma el director del Instituto de

Robótica de la Universidad de Valencia, Gregorio Martín.

Este catedrático presentará el jueves, en el encuentro

organizado por el secretario general del Consejo de

Universidades, Vicente Ortega, el análisis preliminar de

los datos de este curso en base al estudio en estas tres

comunidades. Los resultados permiten afirmar que en la

Comunidad Valenciana, de una oferta global de 28.128

plazas para este curso, han quedado vacantes 2.687; en

Cataluña, de 39.934 plazas no se han cubierto 3.621, y

en la Comunidad de Madrid, de un oferta total de 45.981

plazas, 4.942. Según los datos provisionales, estas

plazas ni siquiera se han cubierto en septiembre. "La

proporción del 10% de plazas sin cubrir en estas tres

comunidades se puede extrapolar al conjunto del sistema

público universitario. Con un oferta global de 293.915

plazas, se estima que más de 27.000 no se han cubierto

en la matrícula de septiembre, es decir, el desajuste

del 10%, que parece consolidarse", apunta Martín. Y

advierte que, "siguiendo la evolución demográfica, en

cinco años es posible que el desfase entre la oferta y

la demanda se sitúe por encima del 30%". Los desajustes,

afectan, aunque de manera distinta también a la oferta

de carreras de ciclo largo o corto y por comunidades.

Así el Consejo de Universidades anota con sorpresa "los

fuertes desequilibrios existentes en la Comunidad de

Madrid (con mucha mayor oferta de ciclo largo) y en

Castilla y León (con más oferta de ciclo corto)". Pero

matiza que, pese a que los desajustes se extienden a

Asturias, País Vasco y Andalucía, "la distribución de la

oferta por ciclos está próxima al equilibrio", una

década después de que entrara en vigor la reforma de las

enseñanzas que se implantó el curso 1987-1988. Sin

embargo, el aumento de la demanda de estudios de ciclo

corto ha crecido, pasando de 592.000 alumnos el año

pasado a los 607.000 de este curso. Martín sugiere que

habría que analizar las razones económicas, familiares o

laborales que hacen que los estudiantes opten por

diplomaturas. El Consejo, por su parte, concluye que

"queda clara la resistencia de los estudiantes a moverse

de la región, la insuficiencia de la política de becas

y, quizás, la falta de información de los estudiantes",

tendencias que precisan ser analizadas en puertas de la

aplicación del distrito abierto, con el que se abrirá

prácticamente a todos estudiantes la posibilidad de

pedir plaza en cualquier universidad del territorio en

el curso 2003-2004.

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