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VISTO / OÍDO
Columna
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Seguridad contra libertad

El afán lógico de nuestros dirigentes mundiales pensó presentar la igualdad como un enemigo de la libertad. Los socialistas españoles habían iniciado alguna teoría, antes de que la guerra en Irak les hiciera encontrar argumentos más directos. La derecha cerrada esgrimía, en cambio, que la libertad es enemiga de la seguridad, y todas las variantes en torno a esa falsedad: no hay hombre libre si no está seguro, Vg. Franco dijo que no hay hombre libre si no pertenece a un país libre. Bush encontró gran ocasión el 11-S, tan útil para esos poderes: lo primero es la seguridad. "Safety first" es una vieja norma: ahora se esgrime para la limitación de derechos humanos, de expresión y prensa, de manifestación, y todo lo demás: alimentos, noche, calle, sexo. La apelación de Aznar contra el comunismo es un residuo infantil inconsciente, de cuando se lo decía Franco, de "O yo o el comunismo", que no dio buen resultado: el comunismo se infló en la clandestinidad porque se prefería. Aznar agita otro peplo sangrante, el del terrorismo, que tiene más realidad y está entre nosotros. Ha hecho grandes progresos frente a la libertad, y cada día comete más, sobre la frase de un general americano del Vietnam que decía que ninguna acción es excesiva en defensa de la libertad: cámbiese libertad por seguridad, y es igual con lenguaje más suyo.

El diseño del Mal es una forma de presentar la libertad como algo débil. Tampoco es nuevo: la invención del Diablo y su sede ardiente fue obra de todas las religiones, y ninguna llegó a describir mejor lo imaginario como la nuestra ("nuestra" porque soy ateo católico). El Eje del Mal es una creación del piadoso Bush igualmente imaginaria, sobre la base de la catástrofe de Nueva York; que Aznar haya tomado parte en esa lucha no es sólo por ardor guerrero, o por tradición de estos civiles que fueron afectos a los generales, o por convicción religiosa: es porque así se pueden suprimir más libertades y gobernar mejor con beneplácito de miedosos. Sin ser dictador o totalitario, o sin que oficialmente se pueda decir. El lunes advertía contra la "coalición de socialistas y comunistas", que no existe como no existen las armas raras en Irak: preguntó a un interlocutor si prefería un buen rollo a un empleo: el empleo, naturalmente. El "buen rollo" es el de la izquierda: pero la seguridad, la paz, el trabajo, es el suyo. Ése es su rollo. ¡Qué simpleza! ¡Y puede ganar!

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