Ana y los voluntarios
Zapatero quiere que en España haya más niños, y eso tiene una parte buena, que es el tiqui tiqui, y otra mala, que es el coste de la guardería. Leí que Ana Botella ofreció, en la presentación de propuestas sociales que hizo en el Ritz, una solución bastante buena: una red de vecinos voluntarios que cuiden de los niños mientras papá y mamá trabajan. En resumen: que al niño lo aguante el vecino. Un vecino sin niños, se supone, porque si no la eficacia de esa medida se ve seriamente limitada, dado que, a su vez, el vecino voluntario tendría que dejar sus hijos a otro, y el otro al otro, y así sucesivamente hasta que los niños den la vuelta a la ciudad como si estuvieran en los caballitos, y con tanto trasiego nadie tendría tiempo, ni para trabajar ni para tiqui tiqui, sin contar cómo se pondría el tráfico, y sin contar con que el vecino a lo mejor es delincuente, y a ver qué le enseña al niño. "¡Arriba las manos, mamá!".
Desde que José María Michavila es ministro de Justicia, ha anunciado ya tres veces el fin de la delincuencia
Todo por culpa de José María Michavila, que desde que es ministro de Justicia ya ha anunciado tres veces el fin de la delincuencia. Lo malo es que los delincuentes no ven el Telediario, y siguen delinquiendo. Dijo hace tres meses el ministro: "A partir de ahora podremos salir a la calle con la tranquilidad de saber que nadie nos robará el bolso y el móvil". Fue cuando el Gobierno aprobó una ley según la cual había que llevar en una mano el bolso y en la otra el móvil, para que se robara el bolso o el móvil, pero no el bolso y el móvil. Digo yo que sería eso, no creo que el ministro se refiriera a que se había prohibido robar. El lunes pasado tuvo Michavila otro momento spot, como diría Boris; le salió otra frase: "A partir de ahora, la justicia será más justa... con las víctimas". Se refería a los juicios rápidos, una modernidad que consiste en que uno comete un delito, por ejemplo robar un móvil (sin bolso, como sea con bolso te la cargas), y el juez te envía la sentencia con un SMS: "Condndo x chrizo". Algo así es. Hablo de oídas (como Ana Botella, que va rectificando sus opiniones, y muchos la elogian: "Cómo ha aprendido", escriben, "a no decir lo que piensa").
El PSOE, además de tiqui tiqui para todos, y combate sin tregua a los delincuentes, si es necesario con Zapatero y Caldera organizados en somatén, jura acabar con la marginación, con la desigualdad, con la especulación del suelo, la falta de vivienda, las listas de espera en sanidad y las guerras mundiales. Yo dejaría algo para el año que viene. Lo resuelves todo en un mes, y luego la vida pierde aliciente. ¿Les he contado que en Barcelona Ana Botella propuso atender a los ancianos mediante "el voluntariado"? Si seguro que será buena idea, pero, con tanto tajo, al voluntario se le pasa la voluntad en dos días, deja al niño y al viejo, y se da a la bebida. Otro marginado que atender con voluntarios.
Pero no todo el PP es así. Como dijo Mariano Rajoy en este periódico el domingo pasado: "El Aznar se va a acabar, y todo puede cambiar; vota Partido Popular". Ya, perfecto, si el PP cambia hacia Rajoy, vale. Pero, ¿y si cambia hacia Botella?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.