Una carrera de fondo a ritmo de pop

Hace ahora, más o menos, un año aterrizó en las tiendas de discos españolas y portuguesas Sauchiehall & hope (A pop opera) de Nice Man, un proyecto del escocés Francis Macdonald (Teenage Fanclub, BMX Bandits, Eugenius...). Más allá de la mera anécdota sólo apta para fans del pop independiente, el asunto despertó cierta curiosidad ya que aquella referencia inauguraba el catálogo de un nuevo sello discográfico valenciano: Zebra Records. De ese modo, el álbum vio sorprendentemente la luz en España antes que en el resto de Europa y América. "Fue un riesgo y, sobre todo, una inversión muy importante, pero tenía claro que el disco iba a funcionar", explica Vicente Martínez, director del sello y vocalista del desaparecido grupo de pop setabense Big Score. La apuesta tuvo su recompensa y la pequeña compañía valenciana logró hacer algún ruido y colarse de lleno en el circuito independiente nacional. "Tenía claro que si comenzaba editando un disco de un grupo nuevo y desconocido, que hubiera sido lo más fácil, la repercusión de Zebra Records habría sido mínima. Necesitaba un álbum que me permitiese llamar la atención de los medios de comunicación y del público, y por eso decidí afrontar, con el apoyo de Alfonso Ródenas, Lluís Miquel y todo el equipo de Tabalet [el veterano estudio de grabación al que pertenece el sello], este reto", añade. Prendida la mecha, el sello prosiguió su trayecto a pequeños, pero bien medidos, pasos, fiel a una filosofía que desea conjugar el espíritu independiente con sólidos planteamientos empresariales. "Nuestro objetivo es crecer, pero no a cualquier precio. A un ritmo que nos permita prestarle suficiente atención a cada uno de nuestros grupos. La ventaja es que no trabajamos con montajes sino con grupos de verdad. Cada disco nuestro es un reto a medio o largo plazo. Una carrera de fondo que nos obliga a trabajar poco a poco cada referencia para darla a conocer", explica Vicente Martínez. De todo esto, sin lugar a dudas, pueden dar buena fe los valencianos Chewbacca's, Euro-Trash Girl y Landy, o Mudo (proyecto personal del catalán, afincado en Valencia, Javier Martí), las cuatro formaciones que en los últimos meses han ido engrosando el catálogo del sello. Cuatro propuestas un tanto dispares (del surf galáctico de los primeros al pop eléctrico y ensoñador de Mudo, pasando por el rock de influencia norteamericana de los otros), pero que apuntan en una misma dirección: consolidar el sello como sinónimo de calidad y buen gusto. "La música es universal, no una mera cuestión de géneros y modas. Por eso no queremos especializarnos en un solo estilo. Lo bonito sería que la gente llegara a comprar nuestros discos sólo por el hecho de haber sido publicados por Zebra, que se fiara de nuestro criterio y nos permitiera descubrirle nuevos grupos", dice. Una tarea fascinante pero nada fácil. Un trayecto largo y tortuoso -por aquello de la crisis que atraviesa el sector discográfico- que no ha hecho más que empezar. En cualquier caso, para celebrar su primer año de vida, la compañía ha organizado un apretado programa de festejos que arranca el día 4 de mayo con la actuación de Euro-Trash Girl en la Fnac de Valencia y culminará cinco días después en Le Club con una sesión que contará con música en directo (Mudo y, de nuevo, Euro-Trash Girl), enlatada y una muestra del vídeo jockey local The Red Ribbon. Entre una y otra cita, Landy presentarán el día 6 su disco Straight en la SGAE y el 8 protagonizarán una animada fiesta doble en Rocafull y El Tornillo. Martínez, pese a la lógica agitación del momento, ya anda inmerso en nuevos proyectos; entre ellos, la grabación del próximo álbum de Nice Man en Tabalet y la publicación de un par de lanzamientos hacia final de año. Hay, incluso, dos sellos italianos (Misty Lane y S.H.A.D.O. Records) interesados en la compañía valenciana y ya se habla de un más que probable intercambio de sus catálogos.