Sólo uno de cada cuatro 'niños de la calle' de Barcelona ha cometido alguna vez una infracción

Los niños de la calle no son tan fieros como se les pinta. Al menos eso es lo que indica un estudio del Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat presentado ayer en el que se analizan las características de los 1.659 censados por la Administración en los últimos cinco años. Una de las cifras más sorprendente del estudio es que sólo el 27% de la población analizada ha cometido alguna infracción, en contra del tópico que pesa sobre ella. Otra cifra más escalofriante es que el 81% de los menores llegaron a Cataluña escondidos bajo las ruedas de un camión o autocar.

"La imagen que a veces se ha dado en los medios de comunicación de que los niños cometen delitos no es cierta". Con esta contundencia se expresó ayer Josep Manuel Silva, director del Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat, durante la presentación de la investigación. El estudio ha analizado la situación de 1.659 niños y jóvenes de entre 10 y 18 años que entre el 1 de enero de 1998 y el 30 de mayo de 2002 fueron atendidos por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia. Son, en todos los casos, menores extranjeros indocumentados que no tiene familia.

Un total de 448 de estos menores cometieron alguna infracción o delito, principalmente contra la propiedad. Es decir, hurtos o robos. De ellos, 196 han cumplido alguna pena en centros de justicia juvenil de la Generalitat y 252 reconocieron haber participado en algún delito. "Si inician una carrera delictiva, es fácil que la fomenten si no se corta", explicó Silva.

Primer estudio

El estudio es el primero que se realiza en España con cierto rigor, pues hasta ahora siempre se había trabajado con cifras aproximadas. Su fiabilidad se basa en que se ha realizado a partir un censo confeccionado con huellas dactilares y un único nombre. Ésa fue la primera gran dificultad que superaron los autores, pues en su redacción reunieron 3.041 nombres o alias de menores. Actualmente sólo 262 de los 1.659 censados siguen estando bajo el control de la Administración catalana y se calcula que 360 deambulan por Barcelona y su área metropolitana, que es donde se concentran.

El fenómeno de los niños de la calle apareció en 1998 y fue creciendo progresivamente. En 2001 llegó a su auge con la llegada de 591 menores. Los autores del estudio creen que los atentados de las Torres Gemelas explican la reducción del año pasado (199 casos), pero creen que en este año se producirá un nuevo aumento.

Los niños de la calle proceden básicamente de Marruecos (92%) y llegan a través del puerto de Tánger. Contra un extendido tópico, el estudio evidencia que la decisión de emigrar la toman ellos solos y son ajenos a supuestas mafias. Al menos, en su país de origen. La media de edad es de 15,7 años. Sólo se han censado 50 niñas, la mayoría procedentes de países europeos. El estudio revela que suelen pertenecer a familias pobres. El 57% de ellos son analfabetos o no han completado los estudios de primaria y la causa que les lleva a emigrar no es otra que la búsqueda de trabajo. No en vano la mitad de ellos tienen parientes que ya habían emigrado a Europa, básicamente hermanos mayores.

Pese a que luego descubren la dura realidad, el 77,7% quiere quedarse en Cataluña y el 94% están en contra del reagrupamiento familiar. Sin embargo, eso no impide que la inmensa mayoría de ellos sigan manteniendo relación con sus familiares y que, por ejemplo, hablen con ellos por teléfono periódicamente. Y si no trabajan, ¿de qué viven si rechazan las ayudas de la Generalitat? Los autores del estudio creen que de la economía sumergida, pero admiten que para responder a esa pregunta es necesario realizar un estudio cualitativo y no cuantitativo como el presentado ayer.