Nuevos estudios avalan la mamografía para reducir la mortalidad por cáncer de mama
La polémica sobre la utilidad de las mamografías periódicas para reducir la mortalidad por cáncer de mama, encendida por un estudio en enero de 2000, va sofocándose poco a poco con nuevos datos. A la defensa casi unánime -al menos en España- que hacen los especialistas de este método de cribado o screening del cáncer de mama, hay que añadir ahora dos nuevos estudios que demuestran que la introducción de las exploraciones mamográficas en Suecia y Holanda ha contribuido a reducir el número de fallecimientos por este tumor maligno.
Ambos estudios se publican en el último número de la revista británica The Lancet, la misma que desató el debate en enero de 2000 con un estudio danés. Aunque la mayoría de los expertos ya está de acuerdo en que las mamografías reducen el 30% la mortalidad por cáncer de mama de las mujeres incluidas en un programa de cribado, el estudio sueco ha venido a confirmar que "el cribado mamográfico está contribuyendo a reducciones sustanciales en la mortalidad" por este tumor.
Las mamografías periódicas reducen el 30% la mortalidad por cáncer de mama
Laszlo Tabar, del Hospital Central de Falun (Suecia), y sus colaboradores han comparado el número de fallecimientos por cáncer de mama en dos provincias suecas, durante los 20 años anteriores y posteriores a la introducción del cribaje por mamografías en Suecia, en 1978. Su análisis incluía 210.000 mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 69 años, a las que se les había diagnosticado cáncer de mama.
Las mujeres entre 40 y 69 años que habían sido sometidas a exploración mamográfica experimentaban un riesgo de fallecer por cáncer de mama el 44% inferior al de las mujeres del mismo grupo de edad a las que se les había diagnosticado la enfermedad antes de introducir la mamografía. No había pruebas de que la mejora del tratamiento tuviera un efecto significativo en la mortalidad por cáncer de mama entre las mujeres menores de 40 años (un grupo de edad al que nunca se le ha ofrecido la exploración mamográfica). Las mujeres de 40 a 69 años que no se sometieron a exploraciones mamográficas después de introducido el método experimentaban una reducción del 16% en el fallecimiento por cáncer de mama respecto a las mujeres a las que se les había diagnosticado este tipo de cáncer antes de 1978. "Teniendo en cuenta los posibles sesgos, los cambios de la práctica médica y los cambios en la incidencia del cáncer de mama, la exploración mamográfica está contribuyendo sustancialmente a la reducción de las muertes por cáncer de mama en estas dos provincias", afirma Laszlo Tabar.
En un segundo estudio, Harry de Koning, del Centro Médico Erasmus, Rotterdam, y sus colaboradores evaluaron el impacto de la exploración mamográfica después de que ésta se generalizase en los Países Bajos, a comienzos de la década de 1990. El número de fallecimientos por cáncer de mama entre mujeres de 55 y 74 años era en 2001 aproximadamente cinco veces inferior en comparación con las tasas de 1986-1988 (antes de que se introdujesen los programas de exploración mamográfica). En conjunto, la tendencia al aumento de los fallecimientos por cáncer de mama en Holanda -que mostraba un aumento medio aproximado del 1,3% anual- se ha invertido tras la aplicación de las mamografías, después de lo cual se ha producido un descenso medio del 1,7% anual.
En España, dos de cada tres mujeres participan en algún programa de cribado del cáncer de mama mediante la realización de mamografías periódicas. Cada año se realizan más de dos millones de mamografías y se diagnostican unos 15.000 nuevos casos de cáncer de mama.
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