El arquitecto de las ruinas
Hay voces en la historia de la literatura cuya intensidad en poco se corresponde con el número de líneas que dejaron escritas, y probablemente por eso, porque a una intensidad tal no hay papel que le dé soporte. La obra de Franz Kafka (1883-1924) es, en este punto, paradigmática: un terremoto en la tierra literaria, con una particularidad, eso sí, la de que las "ruinas" y "escombros" no suceden sino que anuncian movimientos subterráneos. ¿Fue ésta la razón por la que Kafka pidió explícitamente que se hicieran desaparecer esas ruinas? Al parecer ese deseo era algo más que una pose literaria. En una carta a Milena, Kafka afirma que su existencia consiste en una "amenaza subterránea", y añade: "Siempre asustaré, a mí mismo al que más". El susto que produce lo "kafkiano", adjetivo que ha adquirido carácter internacional, tiene mucho que ver con esa sensación que nos transmite la sospecha de que al ir abriéndose el suelo de lo real, las grietas van sacando a la luz otra realidad que no por extraña es menos auténtica.
KAFKA. LOS AÑOS DE LAS DECISIONES
Reiner Stach
Traducción de Carlos Fortea
Siglo XXI. Madrid, 2003
710 páginas. 34,90 euros
Presentarnos de un modo nuevo al arquitecto de esas ruinas es lo que pretende esta impresionante biografía escrita por Reiner Stach que en Alemania ha provocado una pequeña revolución en la recepción del autor checo de habla alemana. Y en verdad que estamos frente a una biografía de características muy particulares. Dicha particularidad no radica tanto en el descubrimiento de nuevas fuentes o nuevos documentos, si bien hay que anotar que Stach ha sido el primero en tener acceso a valiosa información, cartas y fotos de la familia de Felice Bauer -a cuyo hijo conoció el autor en Estados Unidos-, aquella berlinesa de origen judío con quien Kafka se prometió dos veces sin llegar a casarse nunca y que fue, al parecer, desencadenante de la "metamorfosis" que sufrió Kafka en una época fundamental para su desarrollo como escritor. No es de extrañar pues que esta relación, que provocó un verdadero alud epistolar, adquiera un protagonismo hasta ahora desacostumbrado, descubriéndonos una Felice Bauer más independiente y menos víctima.
Al revuelo provocado en Alemania por la publicación de esta biografía ha contribuido sin lugar a dudas el modo exquisito en el que está escrita. Al decir que está bien escrita no estoy hablando de su grado de amenidad, de si es muy informativa o de si está bien estructurada. El nivel literario que respiran las 700 páginas del libro supera y cuestiona el género biográfico en sí. El estilo de Stach seduce y envuelve con una fuerza narrativa tal que páginas enteras se convierten en imágenes, en sonidos -el texto empieza describiendo los ruidos matutinos en la casa de los Kafka, de un modo tan sugestivo que una cree estar en la habitación acechando los ruidos del mismísimo padre de la familia- y hasta en vivencias psíquicas.
Es justamente esa fuerza narrativa lo que más se le ha criticado a Stach, alegando que confunde o mezcla géneros, haciendo de la biografía más bien una novela biográfica sin respetar por tanto la distancia necesaria. Que se haya hecho tanto hincapié en el grado de empatía de un biógrafo -que se revela como un excelente escritor- con el objeto que describe no tendría quizá mayor interés que el de delatar el carácter purista del alemán academicista, a quien estas transgresiones ponen muy nervioso. En este caso hay que leer esa crítica en relación con las páginas con las que introduce la biografía. Una introducción muy sugerente, con un considerable grado de reflexión pero que a trozos se asemeja a una declaración de principios que deja entrever una cierta dosis de soberbia. De modo que Stach aparece como el biógrafo de Kafka, imagen a la que ha contribuido la propaganda editorial germana, presentando el libro como la primera biografía del autor checo, en el que se dan la mano su intención de no caer en la tentación de utilizar parches para tapar los agujeros oscuros de la vida del escritor y su sueño de saber "cómo fue el ser Kafka".
Que Reiner Stach se deje llevar a menudo por sus sueños es, en mi opinión, una ventaja para el lector. Además, a éste se le brinda la oportunidad de obtener mucha información sobre un periodo muy concreto de la vida de Franz Kafka, el que va entre 1910 y 1915. Esta particularidad de la biografía es justificada no sólo apelando a que es el periodo mejor documentado sino por el hecho, quizá el más importante para el autor, de que se trata de los años decisivos y los más productivos para el creador de libros como La metamorfosis y El proceso. Tal vez ésta sea la razón por la que Stach ha dirigido sus ensueños a un momento concreto, por eso esta biografía es todo un regalo tanto por su calidad literaria como por las ganas que despierta de volver a releer al escritor checo.
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