El presidente vasco reconoce que le faltan votos para aprobar su plan

El plan de libre adhesión del lehendakari entrará en el Parlamento vasco antes de final de año, tras el debate de política general de setiembre, e iniciará el trámite parlamentario como una propuesta de modificación del Estatuto de autonomía, regulada en el artículo 46 del texto de Gernika. El citado artículo tiene varias trampas para las intenciones de Ibarretxe. El primer obstáculo es que "la propuesta habrá de ser aprobada por mayoría absoluta" en la Cámara de Vitoria. La segunda es que "requerirá, en todo caso, la aprobación de las Cortes Generales del Estado mediante Ley Orgánica". Finalmente, el artículo 46 obliga a ratificar la modificación mediante "la aprobación de los electores en referéndum".

El presidente vasco reconoció ayer que le faltan "votos" para sacar adelante su plan aunque dio la impresión de que afronta ese déficit con mucha serenidad, convencido de que puede sortear el problema. Frente a las declaraciones del presidente de la Ejecutiva del PNV, Xabier Arzalluz, de que el "plan de Ibarretxe margina a todos los que no están de acuerdo" Ibarretxe subrayó que la necesidad de conseguir mayoría absoluta implica que "contamos con la participación de los demás". Necesita el apoyo de al menos dos diputados para lograr los 38 votos de la mayoría absoluta.

Sin embargo dice que los resultados de las elecciones municipales y forales no le van a condicionar. "Lo que realmente condicionará el plan será el debate social que tenemos, las posiciones que mantengan los grupos en el Parlamento y, sobre todo, la opinión de todos los ciudadanos", dijo, convencido de que "vamos a llegar hasta el final. No sé cuánto vamos a tardar, pero llegaremos hasta el final. Cumpliremos todos los trámites y etapas: la etapa de presentación parlamentaria y la etapa de debate que debe de contar con mayoría absoluta. El final será la consulta popular, que según reiteró, se hará "en ausencia de violencia".