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EL PROCESO DE PAZ EN ORIENTE PRÓXIMO

Blair y Aznar auguran un futuro de paz entre el Estado de Palestina e Israel

Ambos jefes de Gobierno creen que la democratización de Irak beneficiará a toda la región

La polémica sobre la invasión de Irak sigue condicionando la posguerra, y José María Aznar y Tony Blair optaron ayer por esgrimir ante sus respectivas opiniones públicas el acuerdo de Gobierno alcanzado por los palestinos para presentarlo como un éxito propio que marca un paso hacia un futuro de "libertad, paz y prosperidad" en todo Oriente Próximo. "Se van a abrir nuevas expectativas de paz y seguridad", afirmó el presidente español. "Existen todas las posibilidades de lograr la paz, con dos Estados que convivan", aseguró el primer ministro británico.

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"Estoy encantado de que se haya logrado el acuerdo", dijo Blair, que agradeció las gestiones realizadas por Aznar en días pasados para llegar a este resultado. El líder palestino, Yasir Arafat, telefoneó anoche al presidente español para explicarle el pacto.

Blair comentó que tras la publicación de la hoja

de ruta elaborada por el llamado cuarteto que integran Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU, se verá "la seriedad del compromiso" con la paz de estos componedores. "Se verá", añadió, "que un Irak libre es sólo una parte de un proyecto de más libertad, más coexistencia pacífica y más libertad para todos los Estados de la región", añadió con la aquiescencia de su huésped español, que calificó el acuerdo de ayer de "paso fundamental en el proceso de paz".

Ni Blair ni Aznar parecen albergar las dudas expresadas por muchos críticos de que ese futuro que según ellos se ha abierto como consecuencia de la guerra será brillante. "Es claro que los iraquíes, dado su carácter y las riquezas potenciales de su país, pueden tener un futuro de justicia y prosperidad para todos", afirmó el británico, que, aún reconociendo que la situación actual presenta "dificultades", previó que Irak recuperará, no sólo el nivel de vida que tenía antes del conflicto, sino que mejorarán las posibilidades de acceso de sus ciudadanos a los bienes nacionales.

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Tan positivas le parecen esas perspectivas al primer ministro, que aseguró que los que los que no han apoyado la invasión -"y no voy a perder el respeto a nadie porque opine distinto", dijo- "deben esperar antes de emitir un juicio definitivo, ya que si Irak llega a ser lo que yo creo que puede ser, tendrán que reconocer que lo que hemos hecho no ha sido negativo".

No necesitaron mucha ayuda los dos mandatarios reunidos ayer en el número 10 de Downing Street para que su rueda de prensa derivara hacia la justificación de lo hecho por la coalición. "Sadam Husein mató a muchos miles de personas, muchas más de las que cualquier coalición pudiera haber causado", aseguró. "Hay libertades que la gente disfruta hoy, como la de estar de acuerdo o disentir, que les han sido negadas durante muchos años por el brutal régimen de Sadam", señaló. "Por eso", concluyó, "pese a las dificultades, no tengo ninguna duda de que era nuestra responsabilidad y nuestro deber hacer que el pueblo de Irak pueda vivir libre y con un Gobierno representativo".

Muy en su línea habitual de razonamiento, Aznar apostilló a estas reflexiones que "la ventaja de las democracias es que se puede tener opiniones distintas", aunque no se privó de reprochar a los disidentes que no asuman las responsabilidades inevitables de cualquier Gobierno. También citó a Winston Churchill -"la mejor política es la honestidad"-, cuya biografía ha leído recientemente, antes de reiterar: "Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Hemos cumplido con nuestras responsabilidades y obligaciones. Hemos cumplido como buenos aliados, y seguiremos cooperando en la lucha contra el terrorismo".

Paradójicamente, resultó imposible obtener alguna información más concreta sobre proyectos de reconstrucción política o económica, al término de una reunión que, según señaló Blair, versó precisamente sobre "la situación actual en Irak, los resultados de la operación militar, el futuro del país y de Oriente Próximo".

Conversación con Bush

Aunque, según reveló Aznar, ambos mantuvieron también una comunicación por videoconferencia con el presidente de EE UU, George W. Bush, ninguno de los dos líderes pareció en disposición de aclarar una cuestión central en este momento como es si los inspectores de la ONU deben certificar que no hay armas de destrucción masiva antes de que se levanten las sanciones. Blair reiteró que las sanciones deben ser levantadas cuanto antes y que "algún tipo de verificación independiente tendrá que haber en algún momento", pero se limitó a afirmar que es el Consejo de Seguridad quien debe fijar el procedimiento.

Tampoco respondieron a la pregunta de si el futuro democrático que propugnan para Irak es compatible con un Estado islámico. Aznar mencionó que el objetivo de la coalición "no es construir una estructura religiosa, sino política". Y evitaron pronunciarse sobre la polémica que ha arreciado en las últimas horas entre EE UU y Francia, aunque el español, más conciliador, dijo que lo importante es que haya voluntad de cooperar aunque las opiniones sean diferentes.

Como se está haciendo habitual en estas reuniones, Aznar y Blair se elogiaron respectivamente el "coraje y liderazgo" que afirman haber demostrado. Su cuarta cumbre de este semestre concluyó con una cena ante el televisor que transmitía el partido entre el Real Madrid y el Manchester.

Blair y Aznar conversan frente al número 10 de Downing Street.
Blair y Aznar conversan frente al número 10 de Downing Street.AP

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