Cultura puso más técnicos para tener un informe a favor de las obras en la basílica de Valencia

Dos de los tres técnicos que formaban la comisión original de la Consejería de Cultura que debía informar sobre la intervención en la basílica de la Virgen de Valencia se mostraron cautelosos en un primer examen y elaboraron una serie de preguntas que apenas fueron contestadas. La Fundación para la Restauración de la Basílica, auspiciada por el Arzobispado, pidió a Cultura que ampliara la comisión con tres técnicos más. El departamento aceptó y posteriormente aprobó el proyecto. La Asociación de Amigos del Centro Histórico acusa a la Generalitat de actuar al dictado.

El proyecto de restauración arquitectónica de la doble cúpula de la basílica de la Virgen de los Desamparados, sobre todo la interior que sirvió de base a Palomino para pintar sus frescos, se inició en 1997 y ha estado envuelto en polémica desde entonces. Incluso se llegó a hablar de un serio riesgo de que la cúpula se derrumbara. La cúpula sigue oculta tras una lona, recorrida por andamios. En mayo de 2002, el director general de Patrimonio, Enric Esteve, autorizó la intervención.

Ahora, la asociación citada, parte interesada en el procedimiento, ha destapado que los tres técnicos que integraban la comisión técnica original, principalmente dos, el catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya, José Luis González Moreno-Navarro, y el profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid, Santiago Huerta, se mostraron muy cautelosos con la intervención ya en la primera inspección. De modo que redactaron una serie de preguntas técnicas a los responsables del proyecto arquitectónico, dirigido por el catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, Ignacio Bosch, antes de emitir sus respectivos y tajantes informes, que consideran la intervención innecesaria, además de un gasto inútil.

De acuerdo con la documentación que obra en poder de la asociación, el ingeniero de la empresa Intemac José María Izquierdo, que interviene en el proyecto, le expresó al arquitecto del mismo, Ignacio Bosch, sus críticas por las preguntas y pidió que la comisión se replanteara "totalmente el cuestionario", al tiempo que se replanteaba colaborar con la misma. Al final se dieron unas contestaciones insuficientes en relación al cuestionario, que Moreno-Navarro califica de normal en estos casos.

Mientras tanto, la Fundación de la Basílica, que ha recaudado fondos para la intervención de instituciones y particulares, requirió a Cultura que se solicitara informe "a nuevos expertos", según confirmó ayer la propia Consejería en un comunicado en el que asegura que ha tenido "en consideración los informes técnicos" para su resolución. Bosch felicitó a la entonces directora general de Patrimonio, Consuelo Ciscar, por la ampliación de la comisión. Se incorporaron entonces Antonio Fernández, Francisco Javier León y Arturo Martínez. No se llegó a emitir un informe conjunto sino de manera individual. En la resolución definitiva se disponía de los informes solicitados menos, precisamente, los de Huerta y Moreno-Navarro, aunque ambos habían expresado su opinión en reuniones y también por escrito éste ultimo, según añade el comunicado.