Polémica entre las cajas rurales y Ruralcaja

Un desacuerdo entre las cajas rurales valencianas por su representación en Madrid ha supuesto la ruptura de la coalición que tenían para trabajar a nivel nacional. El episodio, según explican fuentes consultadas, también ha puesto en evidencia los diferentes modelos que unas y otras defienden: el de las cajas de menor tamaño, más apegado al territorio y el de Ruralcaja, la mayor rural valenciana, más global.

Este miércoles, algo más de 20 cajas rurales valencianas dicidieron romper la coalición que tenían con Ruralcaja para defender sus intereses en el Grupo Caja Rural (que aglutina a 77 entidades españolas) en Madrid. Este episodio es consecuencia de las diferencias surgidas en los últimos meses para cubrir uno de los tres puestos que las rurales valencianas tienen en Rural Servicios Informáticos (RSI), una de las tres sociedades participadas por el Grupo Caja Rural.

RSI tenía un representante de Caja Rural Valencia, otro de Caja Rural Alicante y un tercero de Caja Rural Almassora, en nombre de las entidades de menor tamaño. La fusión de las dos primeras y de Credicoop supuso el nacimiento de una de las mayores rurales de España y planteó el problema de quién debería ocupar el puesto de Alicante. A mediados de 2002, se decidió que el asiento lo ocupara Caja Rural Torrent, pero tras un cambio en la dirección, la entidad renunció y las pequeñas apuestan por Caixa Popular. Y Ruralcaja, que recuerda que tiene volumen suficiente para contar con dos representantes, defiende su derecho a proponer, en este caso a la rural de Burriana, integrada en Credicoop.

Fuentes consultadas explican que el episodio molesta por la forma y el fondo y explican que tras el desacuerdo subyace la defensa de modelos distintos: Ruralcaja representa una línea de macroorganización y las entidades más pequeñas están más apegadas al territorio y creen en un modelo "federativo".