Los socialistas catalanes se quedan aislados en la comisión de las encuestas

Los socialistas catalanes se quedaron aislados ayer en el rápido cierre de la comisión de investigación parlamentaria sobre las encuestas políticas de la Generalitat de Cataluña falseadas. Tuvieron que avalar en solitario las conclusiones, que llegarán al pleno sin ninguna garantía de que sean aprobadas. El PP, ERC e ICV boicotearon la última reunión de la comisión y se negaron a votar las conclusiones para "no legitimar la farsa". Los tres partidos auguraron que el pacto de los socialistas y CiU para finiquitarla augura una gran coalición entre ambos tras las autonómicas.

Tras la dimisión, el martes, de David Madí, el número dos del conseller en cap, Artur Mas, socialistas y convergentes enterraron ayer a toda prisa la comisión de investigación parlamentaria más corta de la historia con la votación de las conclusiones, que en tono suave critican las "irregularidades" cometidas por el Ejecutivo de Jordi Pujol. CiU se abstuvo y el resto de los partidos boicotearon la sesión y se negaron a votar para poner de manifiesto, dijeron, las "chapuzas" y el "pasteleo" de los dos grandes partidos catalanes.

El final de la comisión, no obstante, puede ser aún más esperpéntico cuando las conclusiones lleguen al pleno del Parlamento. Ahora mismo estas conclusiones están en el limbo: han sido aprobadas por un solo grupo y no es descartable que en el próximo pleno se rechacen: si, como ayer avanzaron, los partidos pequeños mantienen su negativa a votar y CiU se pronuncia en contra -como ayer insinuó-, las conclusiones, ya muy moderadas, quedarían en nada. Sería el colofón final a una comisión que ni siquiera ha respetado el artículo 48.2 del reglamento de la Cámara, que le obligaba a "elaborar un plan de trabajo".

El PP, Esquerra e Iniciativa subrayaron su indignación por el carpetazo dado a la comisión y coincidieron en advertir que puede ser el prólogo de una gran coalición tras las próximas elecciones autonómicas. CiU ha insinuado en más de una ocasión que no descarta esta posibilidad y los socialistas han evitado descartarla públicamente, por desesperación de ICV, que implora desde hace meses a Pasqual Maragall para que opte sin ambigüedades por un pacto de izquierdas.

"Hoy se cierra el primer capítulo de un pacto entre CiU y el PSC que prefigura un acuerdo futuro", afirmó el republicano Joan Ridao, quien añadió que la "complicidad" entre ambas formaciones "demuestra que hay mucha suciedad debajo de las alfombras". En línea similar se expresó el portavoz adjunto del PP en el Parlamento, Daniel Sirera: "Ha sido una burla a los ciudadanos, el PSC es cómplice de la corrupción y seguramente tras las elecciones asistiremos a un pacto entre CiU y el PSC, que son dos caras de la misma moneda". Joan Boada (ICV) emplazó a los socialistas a explicar qué hay detrás del pacto, que tildó de "ignominioso". Según aseguró Boada, su partido acudirá tras las vacaciones de Semana Santa a la fiscalía para que investigue al Gobierno catalán por "falseamiento de documento público" y "uso fraudulento" de fondos públicos.

Los socialistas descartaron tajantemente que pueda hablarse de pacto con CiU, un reproche que tacharon de "cínico". El diputado David Pérez, que llevaba semanas preparando a conciencia la comisión de investigación, leyó un comunicado en el que mostró su satisfacción porque con la dimisión de Madí el Gobierno de Jordi Pujol "ha asumido responsabilidades políticas" y se han puesto de manifiesto las "graves irregularidades" del Ejecutivo catalán. CiU no ocultaba su alegría por la liquidación de la comisión y por los apuros de los socialistas para justificar su posición. "Ha sido un final lógico, correcto y saludable", afirmó el diputado Jaume Camps con una sonrisa de oreja a oreja.