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Reportaje:

Descontento entre los becarios

La falta de reconocimiento de sus derechos laborales es la principal queja de este colectivo de la UPV

La insatisfacción porque su labor no se reconozca como un trabajo, con lo que no cotizan a la Seguridad Social ni les cuenta para poder cobrar el paro, y la realización de tareas no relacionadas con el tema de su tesis son las principales causas de descontento de los becarios que trabajan en la Universidad del País Vasco (UPV). La inexistencia de una instancia de control y gestión de becas es otra de las reflexiones que figuran en un estudio realizado por un equipo de investigadores de la propia universidad pública para conocer la situación de sus becarios y que servirá de base para elaborar el plan estratégico de mejora de las condiciones de este colectivo.

El 90% de la investigación que se realiza en Euskadi se genera en la UPV, donde los becarios son una pieza fundamental. Su formación científica y académica, adquirida durante varios años mediante la elaboración de una tesis doctoral o el desarrollo de un proyecto de investigación, les convierte en la base del futuro universitario, industrial y profesional de la comunidad. De ahí la importancia del trabajo realizado por la universidad, apoyándose en una encuesta con los propios investigadores, para conocer aspectos como el nivel de satisfacción sobre su formación, la dimensión laboral de su trabajo, los recursos económicos con los que cuentan y sus expectativas.

Un informe de la propia UPV analiza la situación del grupo para poder mejorarla

La UPV cuenta en la actualidad con 979 becarios, que se distribuyen entre los de investigación y colaboración en investigación (568) y los de colaboración en servicios (411). Las ciencias experimentales (48,6%) suponen la mayoría, seguidas por la enseñanza técnica (18,1%) y las ciencias sociales y jurídicas (16,7%).

Los autores del informe sostienen que existe una "ausencia clara de reglas de juego" que determinen las funciones del becario, creando problemas de identidad sobre si se trata de estudiantes, trabajadores o investigadores.

El análisis apunta que la heterogeneidad en los regímenes de becas genera beneficios y prestaciones diversas creando asimetrías, que la realización de tareas no relacionadas con su tema de tesis despierta malestar en el colectivo y critica la inexistencia de una instancia de control y gestión de becas y becarios. Por eso, en su capítulo de sugerencias, el texto cree conveniente diseñar una política de formación de investigadores "con reglas y delimitación de funciones claras", y crear ese centro de control.

Los becarios se declaran satisfechos con la relación entre el trabajo y la formación recibida, así como con el director de tesis. Sin embargo, perciben lagunas en la formación para el uso de técnicas de investigación.

Mercado laboral

La dimensión laboral de los jóvenes investigadores es el principal caballo de batalla. La encuesta muestra la profunda preocupación de los becarios ante su inserción en el mercado laboral y su impresión de que son poco apreciados a nivel social. Así, aconseja aplicar políticas de "protección" del becario en términos de Seguridad Social y reconocimiento del tiempo de la beca como tiempo laboral, tomando como referencia lo que ya se hace en el resto de países de la UE. También sugiere a la UPV que trabaje de manera activa con el Gobierno, con las empresas y la sociedad para determinar mejor las demandas del mercado laboral.

Los becarios están claramente insatisfechos con el dinero que perciben, que consideran escaso. Los más descontentos son los pagados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Los más satisfechos son los que reciben el sueldo a través del Gobierno vasco. Los becarios pagados por la UPV ni siquiera le dan el aprobado. Le ponen un 4,5 en una escala de 1 a 10.

No existen quejas significativas respecto a ser tomados en cuenta a la hora de publicar, a excepción de los becarios de humanidades. La mayoría considera que la duración de la beca es insuficiente para terminar la lectura de la tesis.

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