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GUERRA EN IRAK | El frente norte

EE UU prepara con intensos bombardeos el asalto a Tikrit, último bastión del régimen

La violencia interétnica se cobra más de 20 muertos y 200 heridos en la ciudad de Mosul

Juan Carlos Sanz

El caos que se extiende por todo Irak tras la caída del régimen de Sadam Husein amenaza con desencadenar un baño de sangre en Mosul. Desde la rendición de la principal ciudad del norte del país, en la madrugada del viernes, más de 20 personas han muerto y al menos 200 han resultado heridas en enfrentamientos a tiros entre la mayoritaria comunidad árabe y la minoría kurda, según informaron fuentes sanitarias.

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El hospital Al Saharaui, el más importante de Mosul, tuvo que ser protegido por una veintena de soldados de las fuerzas especiales de EE UU, que apenas cuentan en la ciudad con efectivos suficientes como para poder protegerse a sí mismos. En Kirkuk, los paracaidistas de la 173ª Brigada Aerotransportada tomaron ayer el control de los centros estratégicos de la ciudad, mientras las milicias kurdas que la ocuparon el jueves completaban su retirada. Decenas de peshmergas, sin embargo, van a permanecer en misiones de policía a las órdenes de la coalición en la capital del petróleo del norte.

Mosul, con más de un millón de habitantes, es una ciudad sin ley y escenario de enfrentamientos intercomunitarios muy peligrosos para el futuro de Irak. "Hay más de 20 muertos y 200 heridos árabes y kurdos", aseguró el cirujano en jefe del Hospital de Urgencias, Muzahin Kawat, a la agencia France Presse. Muchos de los heridos presentaban lesiones causadas por el estallido de granadas de mano.

Los imames de las mezquitas habían llamado el viernes a los ciudadanos a organizarse contra los saqueos. Los llamados vigilantes, grupos de vecinos armados con Kaláshnikov abandonados por el 5º Cuerpo del Ejército en su retirada de Mosul, instalaron puestos de control en las calles para intentar frenar el pillaje.

Algunos de los milicianos kurdos que se apoderaron el viernes de Mosul se sumaron a los saqueos de edificios públicos, en los que participó masivamente la población local, o robaron a punta de fusil automóviles y electrodomésticos en los barrios árabes de la ciudad. La rivalidad histórica entre ambas comunidades, agravada tras siglos de enfrentamientos, amenaza con provocar una tragedia en Mosul, que lleva ya dos días sin suministro de agua potable ni electricidad, informa Efe.

En Kirkuk, la segunda gran ciudad del norte de Irak y capital de una importante región productora de petróleo, la situación parecía empezar a normalizarse ayer tras los saqueos masivos del jueves. Los paracaidistas estadounidenses tomaron el control del edificio del Gobierno provincial después de que el líder de la Unión Patriótica del Kurdistán, Yalal Talabani, garantizará que los peshmergas iban a retirarse de la ciudad. Las tropas de EE UU se han asegurado ya el control de los yacimientos petrolíferos, del aeropuerto y de la base aérea militar, así como de la principal central eléctrica, y siguen manteniendo posiciones en todos los accesos por carretera.

Agentes municipales de Suleimaniya se ocupan de dirigir el tráfico, mientras policías del Gobierno regional kurdo, apoyados por peshmergas con brazaletes y tarjetas de identidad, registraban a la salida de Kirkuk los vehículos sospechosos de transportar objetos procedentes del pillaje. Al menos dos columnas estadounidenses con vehículos militares, ambulancias y carros de combate se dirigieron ayer desde el norte hacia Kirkuk.

La cadena de televisión CNN informaba anoche de que los paracaidistas de la 173ª Brigada Aerotransportada habían hallado en la base aérea de Kirkuk lo que parecía ser una cabeza de misil que contenía armas químicas, previsiblemente gas nervioso, según los análisis preliminares.

Defensa del líder

Los carros de combate Abrams que ayer circulaban hacia Kirkuk parecen tener como destino Tikrit, último bastión del régimen, donde elementos de la Guardia Republicana y de unidades militares de élite se han reagrupado, tal vez para dar la batalla final en defensa de su líder, que puede haberse refugiado en su ciudad natal. La coalición liderada por EE UU seguía preparando ayer el asalto a Tikrit (de unos 100.00 habitantes) con intensos bombardeos aéreos, que se prolongaron durante la mañana de ayer. Este enviado comprobó ayer cerca de la población de Asfar, a unos 30 kilómetros al noreste de Tikrit, que una docena de miembros de las fuerzas especiales de EE UU, los llamados Ovejas Negras, que han operado en el Kurdistán, se habían desplegado para marcar los objetivos de los ataques de la aviación en las colinas que marcan la línea divisoria entre las provincias de Kirkuk y Tikrit.

Para llegar hasta allí, esos soldados habían tenido que atravesar más de 70 kilómetros de polvorienta tierra de nadie, amenazados por los campesinos árabes que defienden a tiros su ganado de los saqueos de los milicianos kurdos, que ayer tuvieron cuatro muertos en sus filas. Un equipo de la televisión japonesa regresaba a toda velocidad a Kirkuk con el impacto de un disparo de bala en el parabrisas.

Prisioneros de guerra iraquíes son trasladados en un camión estadounidense en Bagdad.
Prisioneros de guerra iraquíes son trasladados en un camión estadounidense en Bagdad.AFP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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