Asesinado en Nayaf un destacado líder shií iraquí aliado de la coalición
Abdul Majid al Joei, hijo de un notable perseguido por Sadam, acababa de llegar del exilio
Un importante clérigo shií iraquí, Abdul Majid al Joei, bajo protección de la coalición británico-estadounidense, fue asesinado ayer en la ciudad santa de Nayaf (160 kilómetros al sur de Bagdad), dentro de la mezquita del imam Alí, el lugar más sagrado del shiísmo. Además de a Al Joei, la turba asesinó al clérigo del régimen Haider al Kadar, que le acompañaba. Al Joei había llegado a Nayaf para ayudar a imponer el orden en la ciudad después de su ocupación por parte de las fuerzas de la coalición. El Gobierno de Washington y el de Londres condenaron y lamentaron el asesinato.
Al Joei era hijo del ayatolá Abdul Qasim al Joei, la principal autoridad shií en la época de la primera guerra del Golfo, muerto en 1992 mientras estaba en arresto domiciliario. Todos sus familiares fueron perseguidos por Sadam Husein. Él regresó el pasado 3 de abril después de un exilio de 12 años en Londres.
Las circunstancias del asesinato aún son bastante confusas. Según algunos testigos, Al Joei visitaba la mezquita de Nayaf junto con el clérigo que la controlaba hasta ese mometo, Haider al Kadar. Kadar era un miembro del ministerio de Religión de Sadam Husein, uno de los personajes más odiados del régimen. La visita conjunta era también un gesto de reconciliación, y parte de una negociación para que los líderes religiosos leales a Sadam pudieran tener una salida segura de la ciudad a cambio de ceder el control del importante santuario. Entonces un grupo de miembros de una facción rival, la liderada por el mulá Mohamed Baquer al Sadr, empezaron a lanzar insultos contra Kadar.
"Kadar era un animal", dijo Adil Adnan al Moussawi, de 25 años, quien presenció los hechos.
Según los testimonios, al sentirse amenazado, Kadar esgrimió un arma y efectuó al menos un disparo contra la gente. En ese momento, el clérigo y Kadar fueron atacados y asesinados con cuchillos y armas de fuego.
"La gente atacó y ambos murieron dentro de la mezquita", dijo Ali Asayid Haider, un mulá que viajó desde Basora para asistir a la ceremonia. Otras versiones aseguran que los dos clérigos fueron atacados con cuchillos dentro del santuario y luego fueron rematados en la calle con armas de fuego.
El clérigo contaba con la cooperación y la protección de la coalición británico-estadounidense, pero la escolta que habitualmente le acompañaba no podía entrar a la mezquita. Por eso nada pudo hacer para salvarle la vida. En el momento de su muerte, Al Joei estaba acompañado, además de por Kadar, por otros cuatro compañeros, algunos de los cuales también resultaron heridos.
La mezquita de Alí es el más importante santuario de los musulmanes shiíes del mundo. Según la tradición, allí reposan los restos del imam Ali Bin Abi Talib, primo y yerno del profeta Mahoma.
Al Joei era una figura clave para la normalización de la situación en Nayaf. Según la agencia Associated Press, el líder espiritual había dicho hace unos días que él y un grupo de exiliados iraquíes habían ayudado a persuadir a la población de Nayaf de colaborar con las tropas estadounidenses en su toma de la ciudad. Al Joei lideraba en Londres la fundación caritativa que llevaba su nombre, la organización más grande de musulmanes shiíes en el mundo. Su padre murió bajo arresto domiciliario en 1992, y la mayoría de sus familiares fueron perseguidos, torturados y asesinados por el régimen del dictador iraquí.
En Washington, George W. Bush "condenó firmemente" la muerte: "El asesinato muy lamentable de un clérigo de Nayaf es condenado firmemente por EE UU. Expresamos nuestras condolencias a la población de Nayaf. Éste es un nuevo ejemplo de la situación peligrosa que aún se vive en Irak", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleisher.
Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, dijo sentirse "entristecido y horrorizado" por el asesinato de Al Joei y transmitió sus "sinceras condolencias" a la familia. "Al Joei era un líder religioso que representaba la esperanza y la reconciliación. Él se había comprometido a construir un futuro mejor para el pueblo iraquí", dijo. Un portavoz de la Fundación Al Joei, Fadhel Milani, cree que fue su colaboración con las tropas estadounidenses lo que motivó el ataque, y que esta tragedia hará que otros iraquíes que residen en Londres "se la piensen dos veces" antes de regresar.
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