Contra viento y marea
Este año se celebran los aniversarios de dos galerías de arte del País Vasco. La bilbaína Aritza cumple 30 años y la donostiarra Altxerri, los 20. Casi nada.
Lo han conmemorado a través de muestras colectivas con obras de algunos de los artistas que expusieron de manera individual en determinados momentos de sus vidas profesionales. Entre los 43 artistas que se incluyen en la de Aritza, en esta ocasión, figuran Arranz Bravo, Amalia Avia, Barredo, Dionisio Blanco, Arcadio Blasco, José Duarte, Agustín y José Ibarrola, Le Parc, Antonio Lorenzo, Orcajo, Francisco Sobrino, Ricardo Ugarte, Úrculo, Javier Urquijo, Vento, Vila Grau, y otros...
Por su lado, Altxerri lo ha celebrado organizando dos muestras separadas entre sí. Mientras en la primera las obras pertenecen a artistas vascos, como Anda, Ameztoy, Balerdi, Eduardo y Gonzalo Chillida, Goenaga, Edu López, Mendiburu, Fernando y Vicente Roscubas, Zumeta y Zuriarrain, entre otros, en la segunda, de próxima inauguración, se presentarán obras de Broto, Guinovart, Herbert, Penck, Quejido, Rafols Casamada, Tàpies, Teixidor e Yturralde, por citar unos pocos.
Valoremos como merece la persistencia en continuar contra viento y marea abiertos al público esos espacios de arte. Nadie sabe el sinfín de dificultades por las que habrán pasado a lo largo del tiempo. Se intuye un camino arduo lleno de dudas e incomprensiones...
En cuanto a receptores de cultura, todo hace indicar que nuestra sociedad está poco preparada. No se sabe si debemos inscribir su desconocimiento en aquellas dos visiones que anunciaba el presocrático Heráclito. Una: "Si la felicidad consistiera en los placeres del cuerpo, llamaríamos felices a los bueyes cuando encuentran algarrobas para comer". Dos: "Muchos no lo comprenden, aunque se encuentren con ello, ni lo entienden, cuando lo aprenden; pero se imaginan comprenderlo".
Sobre esos empobrecidos rescoldos de pensamiento único parecen deambular las galerías aquí mentadas, junto a otras, inmersas como ellas dentro del arte de vanguardia.
Como se ve, el panorama en ese sentido resulta poco alentador. Sólo la creencia firme en las ráfagas de ilusión impostadas contra la estulticia es lo que les hace caminar. Nos resta a nosotros valorar la heroica perduración de sus vidas en derredor del arte plástico, para celebrar con ellos esos dos hermosos y viejos, al tiempo que nuevos, aniversarios.
Alguien ha dicho que sólo el soplo es real, y más real es, decimos nosotros, la ansiedad por descifrarlo. Esas ansias han vivido durante 30 y 20 años dentro de las galerías Aritza y Altxerri, respectivamente.
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