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Entrevista:ARANCHA MUÑOZ | Arquitecta paisajista

"El paisaje se maltrata a niveles increíbles"

Miquel Alberola

Pregunta. ¿El arquitecto paisajista todavía es un bicho raro en España?

Respuesta. Es una profesión que se instauró hace un siglo en los Estados Unidos. En España no existe como profesión por lo que hay un interés reciente por parte de distintas carreras de apropiarse de una disciplina que tiene mucho futuro.

P. ¿Qué la llevó a usted hasta ahí?

R. La primera vez que oí hablar de la disciplina del paisaje fue en Finlandia, donde estuve trabajando en 1987, y empecé a interesarme. En España paisaje sólo se asociaba con jardinería. De hecho fui la primera española que ha hecho el máster en Harvard.

P. ¿El paisaje es la imagen del territorio?

R. Para mí, paisaje es sinónimo de medio ambiente. Me gusta la definición de un paisajista americano, Garret Eckbo, que dice que paisaje es todo lo que vemos y sentimos a nuestro alrededor, y que el arquitecto de paisaje es aquél que da forma al paisaje que debe ser cambiado. Pero es una disciplina en la que hay sitio para muchas carreras. Lo primero sería aclarar la confusión que existe en el significado de la palabra paisaje.

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P. ¿Lo que hace el arquitecto paisajista es una intervención estética o también ética?

R. Distinguiría dos grandes grupos: el que da forma al territorio con un objetivo principal artístico o de diseño, y el que también busca un alcance social, cultural, ecológico... Tal vez yo estoy más en el segundo grupo, aunque también es una cuestión de escala. Me gusta resolver problemas específicos en relación a condiciones locales específicas.

P. ¿El paisaje es para mirarlo o para usarlo?

R. Para las dos cosas. Me gustan mucho las actuaciones en las que hay que compatibilizar la protección con el uso público.

P. ¿Qué está haciendo el hombre con el paisaje?

R. En la Comunidad Valenciana, maltratándolo hasta niveles increíbles. Especialmente en la costa, donde las implicaciones económicas llevan a transformar todo de forma muy rápida sin tener en cuenta el territorio. Aparte de ser un espacio muy frágil, ha influido mucho la búsqueda de riqueza a muy corto plazo sin tener una visión global y futura del territorio.

P. ¿Es un proceso irreversible?

R. Sí, y según los planes el litoral se va a edificar casi el doble de lo que lo está ahora. Esa modificación es imparable, pero estamos a tiempo de hacerlo mejor de lo que se ha hecho.

P. ¿Cómo se puede hacer mejor?

R. Teniendo un modelo concertado del futuro que queremos de la costa. Eso incluiría la restauración de los paisajes degradados, aunque es más caro que prever la degradación.

P. Usted ha restaurado varios.

R. La mayoría de proyectos que he hecho son territorios muy degradados por la mano del hombre. Algunos se pueden recuperar, pero cuando la degradación es enorme hay que reinventar.

P. ¿No es jugar a dios?

R. Es intentar enmendar los errores pasados, como lo estamos haciendo en el Parque de Cabecera, que era la escombrera de Valencia y hemos creado un bosque de ribera. Es verdad que hemos hecho un paisaje reinventado, pero con el objetivo de que la gente rememore lo que había allí y aprenda a disfrutarlo y cuidarlo. Creo que ayudará a valorar y a preservar otros bosques de ribera.

EN DOS TRAZOS

Arancha Muñoz (Valencia, 1962) es la primera mujer española especializada en arquitectura del paisaje con el sello de Harvard, y su trabajo ha sido distinguido con varios premios. Implicada en equipos multidisciplinares, ha hecho proyectos muy realistas de restauración de paisaje como el Parque de Cabecera de Valencia o el Parque Litoral de la playa del Pinar de Castellón, así como los estudios previos de la Devesa del Saler y las bahías norte y sur de Alicante. Conoce el litoral en todos su registros, y, a pesar de su imparable modificación, cree que se puede resolver mejor.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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