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Altos costes económicos e inconvenientes técnicos

Aunque atractiva y con posibilidades de futuro, la utilización del hidrógeno como combustible básico resulta demasiado cara en la actualidad para que se pueda considerar una alternativa real a los combustibles fósiles e incluso a las energías renovables. Se estima que el hidrógeno resulta 50 veces más caro de producir que la gasolina y su fama de combustible limpio empalidece cuando se recuerda que el 95% del hidrógeno que se produce hoy en el mundo procede de combustibles fósiles, como el gas natural, y que en su fabricación se producen emisiones de gases de efecto invernadero. Se puede producir hidrógeno, a partir del agua, con otras fuentes de energía, como la electricidad y la solar, y también a partir de la biomasa, pero por ahora son procesos caros que apenas se utilizan. Sin embargo, la utilización del hidrógeno tiene la ventaja de que no produce contaminación, un factor a tener en cuenta desde el punto de vista sanitario y ambiental en las grandes ciudades.

En todas las fases de la producción de energía con hidrógeno existen todavía problemas, bien por lo caras que resultan o por falta de una tecnología idónea. La producción, el transporte, el almacenamiento y la distribución son áreas en las que no se ha alcanzado el desarrollo óptimo para popularizar este combustible. El hidrógeno se puede transportar en forma de gas por tuberías o en cilindros y cubas a alta presión y también se puede licuar, para lo cual hay que mantenerlo muy frío durante el transporte y almacenamiento, un factor que lo encarece todavía más.

Pilas de combustible

Las pilas de combustible, que utilizan hidrógeno y oxígeno para producir electricidad por un proceso electroquímico sin ruido y sin contaminación, se han perfeccionado hasta conseguir algunos tipos que son aptos para los vehículos de transporte y que tienen la gran ventaja de que resultan mucho más eficientes que la combustión típica en un motor de explosión. Se trata de las pilas de membrana polimérica que funcionan a baja temperatura. Otras pilas de combustible, más grandes y aptas para producir electricidad en instalaciones estáticas, funcionan a alta temperatura. En ambos casos se suelen utilizar materiales caros, que además tienden a degradarse, lo que hace que disminuya con el tiempo el rendimiento de la pila. También existen problemas potenciales de seguridad.

Casi todos los fabricantes de automóviles tienen un programa de investigación en pilas de combustible, con hidrógeno u sustancias ricas en hidrógeno como el metanol, y existe un reciente apoyo institucional a largo plazo en Estados Unidos y en la Unión Europea, pero nadie oculta que falta un largo camino por andar.

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