Kuwait ya no duerme tranquilo
Los sistemas antimisiles Patriot no detectaron la llegada de un proyectil iraquí
Estaban relajados y confiados en que los Patriot estadounidenses harían su trabajo. Para eso han cedido una tercera parte de su territorio al Ejército de Estados Unidos. Para sentirse seguros y protegidos. También para que George W. Bush acabe el trabajo que no acabó su padre en 1991 y eche a Sadam Husein. Antes de que estallase la guerra, pero ante la inminencia de la misma, un diplomático acreditado en la zona comentaba que no había sitio más seguro en el mundo para refugiarse que Kuwait. "Cada milímetro de frontera está vigilado", decía. "Los misiles Patriot del Ejército de Estados Unidos están para protegernos; apuntan a Irak, aquí no puede pasarnos nada. Otra cosa son los atentados de terroristas islámicos...". Tras lo que ocurrió en la madrugada del sábado, el diplomático ha cambiado de opinión. Como lo han hecho los confiados kuwaitíes que veían la guerra como algo "triste pero necesario", según Osama Sahari, pero que nunca llegaría a las puertas de sus cómodos hogares. En el diario en árabe Al Watan se leía ayer: "Dios, protégenos". Se encomiendan a Alá. En Kuwait, la fe en EE UU se pierde por momentos.
"Comprobamos que estamos a merced de Sadam y que EE UU no va a protegernos"
Sin previo aviso. Sin alarmas aéreas. Se sintió una brutal explosión. Ante la falta de aviso de sirenas se pensó: atentado terrorista. Negativo, decía ayer el jefe de la policía de Kuwait. La explosión se debía a que un misil lanzado por las fuerzas del Ejército de Irak no fue interceptado. Impactaba en la madrugada del sábado en pleno centro de Kuwait. En uno de los centros comerciales más populares y populosos de esta ciudad dedicada al consumo y a vivir el american way of life. En el zoco conocido como Sharq. Un centro comercial lleno de cines, restaurantes y tiendas de moda que, a pesar de la hora, albergaba un importante número de jóvenes en su interior. Sólo se reportaron dos heridos. El misil tipo Ababil, según militares británicos, o tipo Silkworm, de fabricación china, según las autoridades kuwaitíes, impactó en el agua bajo un muelle que forma parte del lugar de ocio. Los restos diseminados por el golpe provocaron destrozos en la fachada del centro comercial. No eran todavía las dos de la madrugada (casi medianoche en la España peninsular) cuando los kuwaitíes saltaron sobrecogidos en sus camas y al asomarse a las ventanas vieron sobre la ciudad de Kuwait una enorme columna de humo. "Se acabó la tranquilidad", confesaba ayer un joven en el lugar donde impactó el misil iraquí. "La guerra ya está en nuestras casas". Hasta ahora sólo la veían por la televisión en el vecino Irak y la sentían cada vez que sonaban las sirenas de las alarmas aéreas. Entonces, en un ejercicio casi gimnástico y cada vez más rutinario, se colocaban la máscara antigás e iban al refugio aéreo o se encerraban en una habitación de sus casas diseñada para la ocasión.
Desde ayer no le ven mucho sentido a seguir haciendo gimnasia y asfixiarse cada vez que se colocan la máscara. "¿Para qué?", se preguntaba una joven muy a la moda indignada porque ayer el centro de sus sueños estuvo cerrado todo el día. "Anoche comprobamos que estamos a merced de Sadam y que EE UU no va a protegernos", informaba muy decepcionada. "Tengo mucho miedo y no hay nada que pueda hacer", se lamentaba. Como ella, todos los curiosos que ayer se acercaron al símbolo de la falibilidad de EE UU mostraban su preocupación. "Hasta ahora dormíamos con la angustia de que sonaran las alarmas. A partir de ahora no dormiremos. Sólo viviremos pensando en qué momento y dónde impactará el siguiente misil", relataba una mujer junto a su marido y sus hijos en el zoco.
No pueden dejar de preguntarse qué ha salido mal. Fue un ataque directo contra la capital de Kuwait. Y probablemente procedente de la península de Fao, teóricamente bajo control de la coalición angloestadounidense desde hace una semana. ¿Por qué no sonaron las alarmas? ¿Por qué no fue interceptado por los Patriot norteamericanos? Las autoridades kuwaitíes han ordenado el inicio de una investigación sobre el origen de este ataque contra Kuwait, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la guerra contra Irak. Casi todos los cohetes lanzados por Irak fueron interceptados por los sistemas antimisiles Patriot. Dos de ellos cayeron en zonas desérticas al norte del país, y otro, en la bahía de Kuwait. Hasta la madrugada de ayer.
El ministro kuwaití de Información, Ahmad Fahd al Sabah, dijo ayer que el misil lanzado por Irak era el número 16 de los que ese país ha disparado desde que el 20 de marzo EE UU y el Reino Unido lanzaron la operación Libertad para Irak para acabar con el régimen de Bagdad. También declaró que el cohete no contenía carga química o biológica alguna. Según las autoridades de Kuwait, los misiles lanzados contra su país serían del tipo Scud o Al Salud 2.
El centro comercial se encuentra a menos de un kilómetro del Ministerio de Asuntos Exteriores y del palacio donde tiene su residencia el emir de Kuwait, Jaber al Ahmed al Sabah. Las alarmas aéreas han sonado en más de 30 ocasiones desde que comenzó la ofensiva contra Irak. En la madrugada del pasado sábado no lo hicieron.
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