Alegoría de La Ribera

La comarca de La Ribera tiene desde ayer su particular alegoría recogida en una bóveda de 145 metros de superficie, la cúpula de la Casa de la Cultura de L'Alcúdia, construida con motivo del 750 aniversario de la fundación de la localidad.

La cúpula de 34 toneladas de peso y de 14 metros de altura, diseñada por el arquitecto local Francesc Pina, sustituyó a la antigua pirámide de vidrio que por su efecto invernadero dañaba las pinturas que se exhiben habitualmente en este centro cultural. Estuvo inspirada en las medias naranjas de teja azul árabe características de las iglesias levantadas en las proximidades del Mediterráneo. Su aportación funcional estriba en que actúa de aislante térmico para mejorar la preservación de las obras de arte ya que "la luz no entra demasiado directa".

Para llenar de contenido la impresionante bóveda interior Pina y el Ayuntamiento no tuvieron ninguna duda de que el artista apropiado sería el reconocido pintor y escultor local Manolo Boix.

Han sido necesarios dos años desde que se proyectó la infraestructura hasta completar su realización. Los últimos siete intensos meses Boix los ha pasado subido a una bastida acompañado por un equipo de pintores y ayudantes. Ayer, mientras daba con su pincel los últimos retoques a su obra inédita, decía que el espectacular fresco pintado sobre fibra de vidrio simbolizaba "una alegoría sobre La Ribera y sus habitantes". El enorme espacio está dividido en cuatro partes que recoge un pintor -Boix- y su modelo, en el que el artista expresa "el concepto" que tiene sobre la "vida", complementado con una inscripción literaria de Josep Palacios en la que plasma el país, la tierra, los árboles y las casas: "Sota la volta dels braços estesos, la terra ens cridava/ i la sageta dels vents ens va guiar prop del riu/ junts ací ens ferem la casa/ plantarem la joia dels arbres/ i un bell futur vam obrir, lliures i iguals en la veu".

Para el artista de L'Alcúdia se trata de una media naranja "con mensaje" que refleja "un mundo concreto y físico como es La Ribera". La gran aportación plástica de Boix se completa con cuatro esculturas, un hombre, una mujer y dos niños de bronce; uno de ellos sostiene el cable que baja de la cúpula y el otro trepa buscando la luz que penetra por el faro de la cúpula.

Pero la bóveda no estará únicamente firmada por Manolo Boix, ya que en un mural sobre acero aparecen los nombres de los primeros 54 pobladores de L'Alcúdia y de los 10.800 vecinos que lo habitaban el 17 de enero de 2002, fecha en la que este municipio cumplió su 750 aniversario.

A mediodía de ayer quedó retirado el andamiaje en el que a más de 12 metros de altura han trabajado Boix y sus discípulos desde septiembre pasado.

El alcalde, Francesc Signes, que quiso ser el primero en contemplar la plasticidad del trabajo, transmitió así sus impresiones: "He sentido la sensación de estar viendo una obra magna, una gran actuación artística". Tras felicitar al artista, le confesó que estaba embargado por "una gran emoción acentuada por el hecho de que la obra" está en su pueblo. Signes recordó que no es habitual encontrar estas expresiones artísticas en edificaciones civiles. Los vecinos de L'Alcúdia y de La Ribera podrán contemplar su particular alegoría a partir de mañana, fecha prevista para la inauguración del inédito fresco de Manolo Boix.