Un grupo de pacifistas boicotea una conferencia de Ruiz-Gallardón
Varios arquitectos interrumpieron un discurso del alcalde
El apoyo de su partido a la guerra contra Irak, apoyo del que él no se ha desmarcado, le costó ayer a Alberto Ruiz-Gallardón, candidato del PP a la alcaldía, su tercer boicoteo este mes. Un grupo de arquitectos contrarios al ataque bélico interrumpieron a gritos la conferencia que pronunciaba el alcaldable ante el Colegio de Arquitectos. El decano de los alarifes, Ricardo Aroca, estuvo a punto de suspender el acto.
Ruiz-Gallardón estuvo hablando durante dos horas ante un auditorio de 100 personas y siete carteles que le pedían que se fuera. Una decena de jóvenes, estudiantes de arquitectura algunos y ya colegiados otros, sostuvieron durante todo ese tiempo, sentados frente al conferenciante, unos folios en los que se leían lemas como "Guerra no", "Gallardón, fuera de esta casa", "No más mentiras" y "Señor Aroca, suspenda este acto". Esto último estuvo a punto de suceder, aunque no tanto por las pancartas de los jóvenes cuanto por los gritos de los socios más veteranos.
La conferencia, parte de una serie de charlas organizadas por el Colegio de Arquitectos con los candidatos a la alcaldía y a la Comunidad, empezó muy pacíficamente: Ricardo Aroca presentó al invitado y éste se dirigió a la tribuna. Saludó, miró al auditorio y comprobó que todo estaba en calma. Pero cuando llevaba cinco minutos de discurso, varios jóvenes elevaron sus brazos y le mostraron, en silencio, su rechazo a la guerra. Ruiz-Gallardón hablaba mientras tanto de sus planes para convertir Madrid en ejemplo de convivencia.
La conferencia empezó a aburrir a algunos arquitectos que, sentados en la última fila y con la pegatina del "No a la guerra" bien visible -como muchos otros asistentes que, sin embargo, no interrumpieron el acto-, murmuraban cosas como "¡Esto es intolerable!" o "¿De qué habla?". Finalmente, uno de ellos explotó y se puso a cantar, a modo de protesta, el himno del equipo Osasuna primero, y el del Atlético de Madrid, después.
Fue la chispa que encendió la bronca. Otro colegiado le pidió al alborotador que se callara porque los pacifistas tenían "otra cosa pensada" para el final del acto, un tercer alarife reclamó también silencio pero a gritos y amenazando con los puños, y dos más tuvieron que ser separados antes de que llegaran a las manos. Mientras, los jóvenes de las pancartas y muchos otros asistentes coreaban "¡Guerra no, guerra no"!, y Ruiz-Gallardón bebía agua con gesto grave. El decano del Colegio llegó a amenazar con suspender el acto. "Con esta actitud no hacéis ningún servicio a la civilización ni a la paz. Me siento avergonzado", decía, dirigiéndose a los que gritaban. Por fin, las protestas se acallaron y el alcaldable siguió con su discurso. Y los jóvenes, con sus carteles.
Aroca aclaró después que había pactado con varios colegiados que, si no interrumpían la conferencia, les daría la palabra al final del acto. Eso hicieron cuando Ruiz-Gallardón hubo terminado. Un miembro del Club de Debates Urbanos leyó una nota en la que reconocían al candidato del PP "un talante distinto [al del resto de su partido], demostrado en repetidas ocasiones", y le pedían que, haciendo honor a ese talante, les diese su opinión sobre la guerra.
Pero la opinión de Ruiz-Gallardón no resultó ser muy distinta de la que han manifestado otros miembros del PP en los últimos días. Tras pedir que quienes gritan por la paz no ejerzan "la violencia verbal" contra los demás, negándoles el uso de la palabra, dijo: "Nadie está a favor de la guerra. La guerra es un dolor y un fracaso. Nuestro objetivo nunca fue la guerra, sino el desarme; ojalá se hubiera podido llegar a él por medios pacíficos". Después, entre algunos abucheos y más aplausos, abandonó la sala y salió a la calle, escoltado por los jóvenes, que seguían con las pancartas en alto.
Más suelo industrial
Horas antes de su conferencia en el Colegio de Arquitectos, Alberto Ruiz-Gallardón citó a los medios de comunicación para explicar sus planes en materia económica y comercial. Si el candidato del PP alcanza la alcaldía, modernizará "el 100% del suelo industrial", habilitará 400 hectáreas para nuevos polígonos y pondrá en marcha la "mayor plataforma logística [de distribución de mercancías] del sur de Europa". Además, Ruiz-Gallardón anunció la ampliación de Mercamadrid y la creación paralela de un "mercado virtual de productos perecederos" para comprar y vender frutas, carnes y pescados on line.
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