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El plan especial para la reforma del eje del Prado le cuesta al Ayuntamiento 3,3 millones

El alcalde rechaza que se derriben viviendas para reordenar el sur del parque del Retiro

El avance del plan especial para la reforma del eje Prado-Recoletos, que está realizando el equipo Trajineros, dirigido por Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León, le cuesta a las arcas municipales más de 3,3 millones de euros (556 millones de pesetas). Una cantidad que sobrepasa con mucho a otros contratos de ese tipo, según PSOE e IU. "Una exageración", afirma tajante Inés Sabanés, portavoz de IU. Esa cantidad incluye la modificación del proyecto pedida por el Ayuntamiento el pasado lunes para reducir el posible derribo de viviendas, según reconoce Hernández de León, codirector, junto con el arquitecto luso Álvaro Siza, de Trajineros.

"Entendemos que nos piden una propuesta alternativa. En el avance de un plan especial es posible presentar dos soluciones distintas para un mismo problema si así lo pide el Ayuntamiento", explicó ayer el presidente del Círculo de Bellas Artes y director de Trajineros en Madrid. Con esa modificación del borrador del plan, planteada antes incluso de concluir el expediente que el gobierno municipal remitirá al pleno, el gobierno municipal intenta parar las críticas de los numerosos vecinos de las viviendas comprendidas entre la calle de Alfonso XII y los paseos de Infanta Isabel y Reina Cristina hasta la calle de Andrés Torrejón, constituidos en una plataforma para defender sus casas.

Tanto Hernández de León como el edil de Urbanismo, Ignacio del Río, rechazaron que el contrato con Trajineros sea oneroso para las arcas municipales. "Es un plan especial muy especial. Se trata casi como de un anteproyecto de un plan de urbanización y llegamos a niveles de detalle que normalmente no está especificado en un plan especial", argumentó Hernández de León.

Del Río, por su parte, justificó los 3,3 millones de euros comprometidos con Trajineros en el hecho de que se trata de un equipo muy numeroso, "unas 40 personas"; su trabajo durará dos años y se trata de una de las "operaciones urbanística de mayor envergadura abordada por el Ayuntamiento", afirmó.

La mayor parte de esa cantidad (1,8 millones de euros) se abonarán con cargo a los presupuestos de este año, mientras que los 1,5 millones restantes se cargaron en los presupuestos de la Gerencia Municipal de Urbanismo de 2002.

Accésit

"Siempre nos pareció una cantidad excesiva, pero entendíamos que el plan especial incluiría, además, algunas de las propuestas que se aceptaron de los dos accésit que obtuvieron el apoyo del jurado que evaluó los proyectos presentados para la remodelación del eje Prado-Recoletos (uno del Club de Debates Urbanos y otro del equipo de arquitectos dirigido por Carlos Rubio). Pero no ha sido así", dice Matilde Fernández, portavoz socialista de Urbanismo.

El alcalde, José María Álvarez del Manzano, salió ayer al paso de la polémica suscitada la semana pasada por la posible demolición de 314 viviendas. "No quiero que se crea que torpedeo el proyecto, pero creo que no hay que derribar viviendas. Cuando se manejan proyectos sobre algo vivo, como son las casas de la gente, hay que tener mucho cuidado y adecuar los proyectos a la realidad de la ciudad", concluyó el regidor.

"Una discusión falsa"

Hasta ahora, el avance del plan especial para la reforma del paseo del Prado se ha solventado, según las portavoces de la oposición, Matilde Fernández (PSOE) e Inés Sabanés (IU), con una "falsa polémica" y "un follón que no justifica el dinero gastado".

"Me parece una discusión falsa. Aparece una preocupación por un tema, la extensión del Retiro, que en el fallo del jurado se dejó de una manera muy ambigua. Aprobamos que afectara al menor número de viviendas", afirmó ayer Fernández. "Al abordar el plan por ese aspecto", continúa, "se discute sobre hipótesis que, hoy por hoy, no están hechas realidad y que pasarán muchos años hasta que sean realidad".

La propuesta de derribo de 314 viviendas, planteada por Trajineros, coincide prácticamente con otra elaborada en 1994 por Urbanismo (318 pisos), en la que se contemplaba la posibilidad de demoler dos inmuebles de la esquina de Alfonso XII con el paseo de Infanta Isabel. Ahora se trata de casas ubicadas en inmuebles de otras calles próximas. Entonces la polémica se zanjó al enviar el alcalde, en mayo de 1994, una carta a los vecinos afectados en la que prometía que no se derribarían viviendas "mientras él fuera alcalde".

"Teniendo en cuenta esos antecedentes, Trajineros tendría que haber presentado una propuesta más ordenada", dice Sabanés.

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