Detenido en Serbia un comandante de las fuerzas especiales por la muerte de Djindjic
El Gobierno disuelve los 'boinas rojas', una auténtica espada de Damocles sobre Serbia
La policía serbia ha detenido a uno de los suyos, Zvezdan Jovanovic, comandante adjunto de las unidades especiales (JSO), sospechoso de haber disparado contra el primer ministro Zoran Djindjic, asesinado en Belgrado el 12 de marzo. Zoran Zivkovic, nuevo primer ministro de Serbia, anunció ayer la detención de Jovanovic, junto con otro miembro de los llamados boinas rojas. Tras una reunión extraordinaria, el Gobierno de Serbia comunicó la disolución de la unidad especial de los boinas rojas, a la que pertenecían los dos sospechosos del asesinato de Djindjic.
La decisión de disolver los boinas rojas (JSO) asesta un duro golpe al complejo mafioso, político y policial instalado en Serbia por el régimen despótico de Slobodan Milosevic. La disolución de los boinas rojas expresa la voluntad del Gobierno de Serbia de llevar adelante la lucha contra las mafias responsables de una larga lista de asesinatos políticos y criminales en los últimos años. Por la mañana, Zivkovic ya había informado de la destitución del jefe de los boinas rojas, Dusan Maricic, por sospecha de vinculación al clan de Zemun, grupo mafioso relacionado con el atentado contra Djindjic.
Jovanovic, conocido como Zveki, de 38 años, nació en Pec, la segunda ciudad de Kosovo; era comandante adjunto de los boinas rojas, y fue el francotirador que disparó contra Djindjic, si se confirman las sospechas del Gobierno de Serbia. En su tarea criminal, Jovanovic contó con la ayuda, siempre según el primer ministro, de Sasa Pejakovic, de 32 años, también miembro de la unidad especial de la policía. Además, anunció Zivkovic el hallazgo del arma homicida, un fusil de precisión con mira telescópica de la marca alemana Heckler y Koch, que se encontraba enterrado en un lugar de la ciudad nueva de Belgrado.
Las pistas del asesinato de Djindjic conducían desde un primer momento hacia el complejo mafioso, político y policial. Las autoridades de la Oposición Democrática de Serbia (DOS), la coalición que derrotó a Milosevic en las urnas el 24 de septiembre de 2000 y derribó el régimen en las calles de Belgrado el 5 de octubre, no han sabido, podido o querido, desmantelar el entramado mafioso heredado. En parte contribuyó a la supervivencia de este complejo mafioso y policial el pacto de Djindjic para que los boinas rojas se abstuvieran de reprimir el 5 de octubre, cuando las masas salieron a las calles de Belgrado para derribar el régimen.
Tuvo que morir a tiros Djindjic para que el Gobierno de Serbia se decidiese a dar un golpe a las mafias. Desde la declaración de estado de excepción, tras el asesinato de Djindjic, la cifra de arrestados asciende a 3.862, de los que 1.075 permanencen encarcelados e incomunicados, a disposición de las autoridades durante 30 días. Entre los detenidos se encuentran 50 personas consideradas jefes o miembros de siete de los clanes mafiosos que operan en Serbia. Encabezan la clasificación los de Zemun con 29 presos y siguen los de Surcin con 13.
Las autoridades señalaron al clan de Zemun, un barrio de Belgrado, como autores del magnicidio. El Gobierno de Serbia mencionó como máximos responsables al ex comandante de los boinas rojas Milorad Lukovic, alias Legión; a Dusan Spasojevic, alias el Albanés, considerado el jefe de los de Zemun, y un tercero, Mille, también apellidado Lukovic, pero más conocido por el expresivo mote de el Padrino. Ninguno de los tres ha sido detenido.
El elemento más peligroso, considerado clave en el asesinato de Djindjic, es Legión, de 35 años cumplidos el 15 de marzo, jefe de los boinas rojas hasta su destitución el año 2001. El origen de los boinas rojas se remonta a las unidades irregulares de los paramilitares serbios que lucharon en las guerras de la antigua Yugoslavia, en Croacia, la Krajina, Bosnia y Kosovo, donde cometieron toda clase de atrocidades. El Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia (TPIY) inició procedimientos contra Zeljko Raznatovic, el terrible Arkan, asesinado en un hotel de Belgrado el 15 de enero de 2000.
Legión era lugarteniente de Arkan y parece que desde 1999 pasó a trabajar con la mafia de Zemun. Un jefe del clan rival de Surcin acusó a Legión de estar involucrado en el secuestro y asesinato del ex primer ministro de Serbia Ivan Stambolic, desaparecido desde agosto de 2001, y del atentado en octubre de 1999 contra el político nacionalista Vuk Draskovic, en el que murieron sus cuatro escoltas.
Los boinas rojas constituían una amenaza permanente para la estabiliadad de Serbia, una auténtica espada de Damocles, a la que ahora el Gobierno ha decidido combatir y disolver. El sucesor de Legión al frente de los boinas rojas, Maricic, ahora destituido, se sublevó en el invierno de 2001 para protestar contra la decisión del Gobierno de Serbia de extraditar a La Haya a dos de los suyos. En aquella ocasión los boinas rojas salieron de su acuartelameiento de Stolc, en Kula, 150 kilómetros al norte de Belgrado. Con sus vehículos todoterreno tipo Hummer bloquearon la autopista a la capital en un desafío abierto al Gobierno de Djindjic.
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