Una encuesta del Gobierno vasco augura el descenso del PP y del radicalismo 'abertzale'

Una encuesta que el Gobierno vasco difundió ayer apunta al descenso del PP (sobre dos puntos) y del radicalismo abertzale (de cuatro a nueve puntos) y al fortalecimiento de las opciones más centradas, tanto del nacionalismo como del constitucionalismo, con la recuperación por los socialistas de la segunda plaza, salvo en Álava. La coalición PNV-EA vencería en Guipúzcoa, Vizcaya y Álava, aunque aquí le rebasaría un acuerdo PP-PSE, y en los ayuntamientos de Bilbao y San Sebastián, mientras quedaría una décima tras el PP en Vitoria. Nadie podría gobernar sin pactos.

El PP y las formaciones que aspiren al espacio de la ilegalizada Batasuna serán las fuerzas más perjudicadas en las elecciones municipales, mientras que la coalición PNV-EA, el PSE-EE e IU ganarán terreno, según predice una encuesta del Gobierno vasco conocida ayer.

Frente a los resultados de 1999, cuando la tregua de ETA favoreció a Euskal Herritarrok y el PP desplazó del poder en Álava al PNV, el electorado parece inclinarse ahora por posiciones más centradas, tanto en el terreno del nacionalismo, en el que la coalición PNV-EA recibiría buena parte del voto fugado de la ilegalizada Batasuna, como en el del constitucionalismo, donde el PSE se beneficiaría de la pérdida de terreno del PP. También Izquierda Unida rentabilizaría su presencia en el Gobierno vasco con una mejora de posiciones.

La encuesta, con un total de 2.600 entrevistas en domicilio, fue realizada entre el 20 de febrero y el 7 de marzo, antes del comienzo de la guerra en Irak avalada por el Gobierno del PP. Tampoco se conocía aún la sentencia del Tribunal Supremo ilegalizando a Batasuna, pero el Gobierno vasco no incluyó a esa formación entre las opciones ofrecidas a los encuestados, sino que les preguntó por la escisión Aralar, que lidera el histórico de HB Patxi Zabaleta, y por "otras candidaturas de la izquierda abertzale".

La coalición PNV-EA se alzaría con la victoria como primera fuerza en las elecciones a Juntas Generales (parlamento provincial cuya composición determina el gobierno de las Diputaciones forales) en los tres territorios. El hecho es importante en Álava, porque supondria el desplazamiento del PP a la segunda posición, pero el reparto de escaños no le serviría a PNV-EA para gobernar, por la mayoría que sumarían los dos partidos constitucionalistas, dispuestos a frenar en ese territorio el plan de libre asociación del lehendakari, Juan José Ibarretxe. PNV y EA ganarían también en Bilbao y San Sebastián mientras en Vitoria la primera posición seguiría teniéndola el PP, pero sólo una décima por encima de la coalición nacionalista.

Aralar obtendría un resultado muy discreto, sin representación en Álava ni en las capitales, y las otras candidaturas que aspiren al espacio del radicalismo abertzale quedarían en todas partes varios puntos por debajo de los resultados de EH en 1999, aunque recuperarían algo de terreno respecto a los de las autonómicas de 2001. Esta tendencia fue esgrimida por el portavoz, Josu Jon Imaz, como prueba de que los radicales se beneficiarán electoralmente de su ilegalización.

El PSE subiría casi cinco puntos en Álava (seis en Vitoria), más de dos en Vizcaya (tres en Bilbao) y cerca de uno en Guipúzcoa, aunque bajaría tres puntos en San Sebastián, donde gobierna. IU gana entre uno y dos puntos en todas las instituciones.