Fuerzas especiales atacan Irak desde Jordania
La operación fue planeada con ayuda de las autoridades de Ammán y enlaces israelíes
Unos 5.000 hombres de las fuerzas especiales de EE UU y Australia penetraron el jueves en el oeste de Irak desde Jordania con el propósito de desmantelar las bases de misiles Scud que apuntaban directamente al corazón de Israel, según aseguran fuentes diplomáticas occidentales de Ammán. La operación, hecha pública el viernes, fue preparada por el mando norteamericano en coordinación con autoridades jordanas y enlaces israelíes. Su objetivo consistió en la toma de dos viejos aeropuertos del oeste, supuestamente abandonados, conocidos, en el lenguaje militar como H2 y H3.
En los últimos meses, el régimen de Sadam Husein había instalado baterías de misiles Scud, según detectaron los servicios secretos. Las fuentes consultadas por este corresponsal sospechan que en una operación de reconocimiento, previa al ataque, participaron asesores israelíes.
Los dos aeropuertos, ocupados ahora por las tropas de élite de EE UU y Australia, son de gran valor estratégico para atacar a Israel. Uno de ellos está, en línea recta, a sólo 70 kilómetros de la frontera jordana. Sus pistas están al borde de la autopista de Bagdad al puesto fronterizo de Al Karame. Desde esta zona el Ejército iraquí lanzó en 1991 un total de 39 misiles Scud sobre territorio israelí, causando un muerto y destruyendo decenas de casas.
Con la conquista de los dos aeródromos se intentó apaciguar a la población de Israel y, sobre todo, asegurar la neutralidad de su Ejército. Washington se ha esforzado por mantener al Estado hebreo del conflicto, como sucediera hace 12 años. El Gobierno de Ariel Sharon anunció su intención de intervenir en la guerra en cuanto cayera un misil iraquí en su territorio.
La actitud de Sharon no es una sorpresa. Cuando desempeñaba, en 1991, la cartera de Vivienda, propuso al entonces primer ministro Isac Shamir atacar Irak por el oeste, enviando columnas de tanques a través de territorio jordano. La pasividad del Ejército israelí en aquel conflicto suscitó las críticas del líder del Likud. En las arengas que pronunciaban en Tel Aviv, sus responsables insistían en que había que reaccionar a los bombardeos iraquíes.
"Nos defenderemos"
El presidente de Israel, Moshe Katsav, defendía, en una entrevista publicada hace un mes por EL PAÍS, una intervención en la guerra. "Por supuesto, no vamos a mantenernos en la misma situación que en la guerra de 1991", afirmaba. "Las cosas han cambiado. No permitiremos que ningún enemigo nos ataque impunemente. Si nos atacan, nos defenderemos".
La toma de los dos aeropuertos se mantuvo en secreto por deseo expreso de las autoridades jordanas, que, de cara a su población, siguen una línea de no implicación en esta guerra, negándose a dar cobertura o apoyo logístico a las fuerzas de la coalición. El ministro de Estado para la Información jordano, Mohmaed Adwan, desmintió, estas informaciones y no dudó en afirmar que se trata de "mentiras" e "infundios".
Jordania sostiene que en el este de su territorio sólo se han acantonado varios centenares de tropas norteamericanas, con la única misión de asistir e instruir a las tropas jordanas sobre la utilización de las tres baterías de misiles Patriot.
Las declaraciones de los responsables jordanos se contradicen, aparentemente, con informaciones que barajan las embajadas europeos en Ammán. Aquellos que pudieron recorrer en coche el este del reino observaron la presencia de un número elevado de militares norteamericanos, superior al anunciado por el Gobierno.
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