Chaves, el amigo de Marruecos

Desde que en 1990 fue elegido presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves ha visitado de manera oficial Marruecos en seis ocasiones. Es, con mucha diferencia y al margen de los frecuentes vuelos a Bruselas, el destino preferido por el también presidente federal del PSOE y en todos ellos ha defendido la necesidad de unas relaciones de igual a igual. "No se puede pretender ganar 10 a 0, habrá que busca un empate o ganar por la mínima". Este símil deportivo lo ha empleado en varias ocasiones el dirigente socialista a la hora de describir lo que deben ser las relaciones económicas con el país vecino, con un potencial agrícola y pesquero que compite directamente con el de Andalucía.

"Ambas zonas tienen que competir, pero son complementarias", afirma Zarrías

El Gobierno andaluz siempre ha considerado básica la cooperación con Marruecos por una cuestión que el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, califica de "egoísmo inteligente". "El que las cosas vayan bien en Marruecos le viene bien a Andalucía. Son dos zonas que tienen que competir pero que son complementarias, al igual que ocurrió con Francia cuando España negociaba su entrada en la Unión Europea", afirma Zarrías.

Según datos del Banco Mundial, hacia 2025 el crecimiento de la población en los países de la ribera sur del Mediterráneo será veinte veces superior a los del norte, cuando en 1980 ésta suponía el 56% del total. Y el número de personas con poco más de 20 años en busca de empleo crecerá hasta 2010. Según datos del Gobierno marroquí, Marruecos necesita dar trabajo a 250.000 jóvenes cada año.

Estos fríos datos se traducen en emigración hacia zonas más próximas, prósperas y desarrolladas y la distancia que separa Andalucía de Marruecos es tan sólo de 14 kilómetros, lo que explica el enorme interés de la Junta por contribuir en la medida de sus limitadas posibilidades a crear un espacio de progreso y estabilidad como se acordó en la Conferencia Euromediterránea de Barcelona de 1995.

La Junta ha dado un salto cualitativo en sus programas de cooperación con Marruecos. El llamado Plan de Desarrollo Transfronterizo (PDT) firmado por Chaves y el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, el pasado miércoles, después de dos años largos de retrasos, se basa en la asociación y en la cofinanciación de programas conjuntos en siete áreas, concentradas en el norte marroquí. Es el primer programa entre una región europea y uno de los 12 países del sur mediterráneo, en el que está previsto invertir hasta 2006 un total de 48 millones de euros, de los que el 60% aproximadamente lo aportará Andalucía.

El PDT será presentado conjuntamente por ambos gobiernos ante la Comisión Europea con el fin de lograr financiación comunitaria, algo que hasta el momento ha sido imposible. La UE dispone de programas específicos para el desarrollo de la orilla meridional del Mediterráneo (los fondos MEDA), pero el reglamento que los ordena no contempla un apartado que permita desarrollar una cooperación descentralizada. Chaves, por activa y por pasiva, en todos los ámbitos europeos en los que participa y en sus entrevistas con los dirigentes comunitarios, entre ellos el presidente de la comisión, Romano Prodi, ha reclamado que las regiones y municipios gestionen los recursos financieros europeos destinados a los llamados países socios mediterráneos. Por ahora, esta propuesta, aprobada por el inoperante Comité de las Regiones, no ha sido aplicada.

Lo que sí ha logrado la Junta de Andalucía son ayudas de la Unión para financiar el Observatorio Marino Andalucía Marruecos (OMAR), un proyecto que el Rey Mohamed VI le pidió a Manuel Chaves en la audiencia que le concedió en octubre de 1999 en Marraquech con el objetivo de analizar el medio natural, la contaminación de las aguas y la necesidad de hacer paradas biológicas. Chaves le llevaba preparado al rey un completo dossier de la iniciativa, que ha sido desarrollada por la Universidad de Cádiz, para la que ha conseguido una financiación de 2,5 millones de euros del programa europeo Interreg. La audiencia de Mohamed VI prevista para las 11.30 horas del pasado jueves fue suspendida por la guerra en Irak, una anulación que, según Chaves, no ha empañado los objetivos del viaje.

Chaves ha ofrecido a los marroquíes la Fundación de las Tres Culturas del Mediterráneo, una institución creada por la Junta y el Reino de Marruecos en la que participan asociaciones no gubernamentales de Israel, como foro para "fortalecer el diálogo euromediterráneo en estos momentos tan delicados" y como escaparate para influir en la pretensión de Marruecos de tener un estatuto especial con la UE. Una meta que, como el propio Chaves reconoció, va a toparse con muchas dificultades ya que la Unión mira ahora más hacia el Este que al Sur.

No es de extrañar, por tanto, que el primer ministro Driss Jettou, un tecnócrata sin adscripción política, en privado y en público diera las gracias y elogiara al presidente andaluz. Jettou ofreció el martes por la noche una cena a Manuel Chaves a la que asistieron otros miembros de su gabinete, entre ellos los responsables de Exteriores, Interior y Finanzas, los máximos responsables políticos del Gobierno.

Fue, sin embargo, Benaissa, a quien Chaves no conocía, quien aprovechando la firma del PDT y, por su puesto, las cámaras de televisión, el que con mayor énfasis se deshizo en elogios hacia el jefe del Gobierno andaluz. "Es un líder político amigo y el dirigente español que mejor ha comprendido a Marruecos", dijo. Desde la Embajada española estas afirmaciones fueron interpretadas como "las habituales palabras corteses que los marroquíes tienen con todo el mundo".

La cálida acogida que tuvo Chaves disipó los temores que antes de salir de Sevilla tenía la delegación andaluza, sobre todo después de 15 meses de crisis diplomática entre España y Marruecos. Como siempre en todos los viajes de Chaves al exterior, la coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha sido muy estrecha, así como con la Embajada de España en Rabat.