Somos el futuro, y aún no lo saben

El pasado 5 de marzo, un grupo de estudiantes de Derecho fuimos invitados a la presentación de un libro sobre la Constitución en la Sala de Columnas del Congreso.

Llegamos con nuestro profesor media hora antes, nos sentaron al final y esperamos. Cinco minutos antes del comienzo, una azafata nos levantó a la mitad del grupo, con la excusa de que debían sentarse las autoridades. Nos quedamos de pie hasta que el encargado de la seguridad del Congreso nos dijo que debíamos "desalojar". Nuestro profesor dijo que llevábamos media hora sentados y que no podían echarnos de esta manera. El de seguridad se limitó a empujarnos y a decirnos que debíamos desalojar ya porque el acto empezaba. Se le olvidó el mínimo de educación que se debe tener, empujándonos contra la puerta para así poder cerrarla y que no pudiésemos entrar. Fue vergonzoso.

No hay palabras suficientes para explicar la vergüenza ajena y la impotencia que sentimos.

Y yo me pregunto, ¿por qué se queja tanto el Gobierno de los jóvenes de hoy en día? Dicen que no visitamos museos, que no leemos, que sólo hacemos botellón, que a los jóvenes de hoy en día sólo les gusta beber en las calles. Pero cuando queremos hacer algo más, algo que de verdad nos interesa, se sorprenden, no hay sitio para nosotros en su "mundo", ¿y no saben que somos el futuro?, cuando queremos algo más que beber en las calles, entonces vienen y nos "desalojan".