Chaves ejerce de embajador de España en Marruecos y aboga por superar "desencuentros"

"Espero que mi visita sirva para reforzar las relaciones y superar desencuentros". Con esta declaración como bandera, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, inició ayer en Rabat su sexta visita a Marruecos, donde mantuvo una entrevista de cerca de hora y media con el primer ministro, Driss Jettou. Chaves ejerció de embajador de España en Marruecos y todas sus palabras fueron dirigidas a limar asperezas y buscar cauces de normalidad con el país vecino tras más de un año de crisis diplomática.

Chaves viaja a Rabat en una coyuntura internacional muy complicada y con las posiciones del Gobierno central y del Ejecutivo autonómico respecto a la guerra en Irak enfrentadas. La misma posición contraria a un conflicto armado mantiene el Gobierno marroquí. Jettou y Chaves hablaron de la situación internacional, aunque ambos se mostraron extremadamente cautos a la hora de dar detalles de la conversación. Estaba previsto que en la cena que mantenían ambos dirigentes al cierre de esta edición -y a la que se sumaron los ministros marroquíes de Exteriores, Interior y Finanzas- el tema de la guerra fuese abordado con mayor amplitud.

Todas las palabras del presidente de la Junta estaban dirigidas a quitar hierro a los 15 meses de crisis diplomática que han vivido España y Marruecos. Ambos países, dijo Chaves, "viven un momento de reencuentro" por lo que su presencia en Rabat, cuyo objetivo principal es la firma del Plan de Desarrollo Transfronterizo, tiene como fin "superar desencuentros y lograr que las relaciones entren en su total plenitud". El dirigente socialista dejó claro que Andalucía, "como parte del Estado", viene a colaborar en mejorar las relaciones entre las dos orillas.

Visita "limpia"

Antes de cruzar el Estrecho, Chaves, que fue recibido el aeropuerto por el embajador español Fernando Arias Salgado, ha pactado con la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, una vista "limpia" y sin aristas, en la que se quiere aparcar los temas polémicos que provocaron la retirada de los embajadores. Chaves, que es el primer alto cargo del Estado que viaja a Rabat después del conflicto diplomático, siempre ha medido mucho en todos sus viajes oficiales a este país sus palabras para evitar malas interpretaciones tanto del lado del Gobierno como del Partido Popular.

Fue Jettou, quien no ahorró elogios hacia el presidente de la Junta, el que sacó a colación "la acumulación de problemas", entre ellos el episodio de la isla Perejil, que desembocaron en una situación de crisis, según informó el portavoz del Gobierno, Enrique Cervera, presente en la entrevista, y quien abogó por abrir nuevos cauces de colaboración en sectores como el turismo, la pesca y la agricultura.

Chaves, que ha pospuesto para hoy una explicación más detallada de lo hablado con el primer ministro, eludió entrar en detalles sobre asuntos espinosos y se limitó a expresar su deseo de que " las relaciones entre Andalucía y Marruecos y entre España y Marruecos alcancen una velocidad de crucero normal" y por que los contactos "no sólo sean buenos en las formas sino también en los contenidos". Fue su manera suave de pedir una mayor implicación del Ejecutivo central en proyectos de desarrollo de Marruecos, una zona clave para Andalucía dado el tremendo impacto que la inmigración marroquí tiene en las provincias costeras de la comunidad. Chaves, no obstante, sí se lamentó de la crisis: "Ojalá que las relaciones no se hubieran interrumpido nunca".

El propio Jettou hizo alusión a que la nueva situación política entre los dos países abre nuevas "oportunidades" y "expectativas" de colaboración entre Marruecos y España.