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El SCH elimina las medidas de blindaje y hace públicos los sueldos del consejo

El consejero delegado, Alfredo Sáenz, cobró 4,82 millones en 2002, el doble que Emilio Botín

Íñigo de Barrón

El Consejo del SCH propondrá a la junta de accionistas del banco, que se celebrará el 21 de junio, la eliminación de las medidas de blindaje contra OPA hostiles. El banco acabará con el límite del 10% en el derecho de voto y la necesidad de ser consejero cinco años antes de ser presidente. La entidad ha hecho público los sueldos desglosados de los consejeros. El vicepresidente y consejero delegado del SCH, Alfredo Sáenz, percibió en 2002 una retribución bruta de 4,82 millones de euros, el doble que el presidente, Emilio Botín, que ganó 2,47 millones. El banco rebajó el 10% las retribuciones al consejo por la caída del beneficio.

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El Santander Central Hispano, que aplazó por sorpresa la junta prevista para febrero, ha decidido no esperar hasta la próxima asamblea ordinaria de junio para hacer público que eliminará las medidas de blindaje impuestas cuando la fusión, así como otras novedades que contiene la memoria del 2002, como el sueldo de los consejeros y la indemnización que Ángel Corcóstegui, ex vicepresidente y consejero delegado, percibió al abandonar la entidad. El banco justificó el retraso de la junta anunciada "porque no tenía sentido celebrarla a los pocos días de presentar los resultados".

El SCH seguirá el camino anunciado el 17 de febrero por Bankinter, con lo que se suma a los principios de buen gobierno corporativo recogidos en el Código Aldama. El SCH considera que estas medidas "desincentivan la entrada en el accionariado y en el consejo de terceros potenciales adquirientes de participaciones signficativas". El banco pretende con estas medidas que "se garantice la igualdad de trato a los accionistas". Las principales medidas que se retiran son:

- Limitación del 10% del derecho de voto. A partir de junio, se podrá votar en función de las acciones que se posean, sin que exista el tope del 10%. A 31 de diciembre pasado, el consejo controlaba el 9,47% del capital, del que el 3,43% estaba en manos de los accionistas españoles.

- Mayorías cualificadas. Acaba con el requerimiento del 70% del capital para para tomar decisiones sobre fusiones, escisiones o transformaciones. En el futuro, con mayoría simple se decidirán estas cuestiones.

- Requisitos para ser consejero. Se acaba con el requisito de ser titular de, al menos, 100 acciones del SCH tres años antes de ser elegido consejero, lo que cerraba el paso a nuevos grandes accionistas.

- Requisitos para ser presidente. Desaparecerá el requisito que exigía haber formado parte del consejo durante, al menos, los cinco años previos a ser nombrado presidente. Con esta medida, se facilita cualquier cambio en la presidencia del SCH. Algunos de los consejeros actuales e importantes accionistas no alcanzan ese tiempo en el máximo órgano.

- Mayorías absolutas. Desde junio próximo, no será necesario el voto favorable de dos terceras partes del consejo para ser vicepresidente. Sin embargo, sí será necesaria esa proporción para ser presidente ejecutivo, como indica la Ley de Sociedades Anónimas. Si el presidente no es ejecutivo, bastará la mayoría simple para su nombramiento. Para el cese del presidente y consejero delegado será suficiente la mayoría simple.

En la memoria de la entidad también aparecen los salarios de los consejeros desglosados individualmente. El vicepresidente segundo y consejero delegado del SCH, Alfredo Sáenz, percibió 4,82 millones de euros de retribución bruta, el doble que el presidente del banco, Emilio Botín, que ganó 2,47 millones. A estas cifras hay que sumar los compromisos por pensiones y otros seguros que Sáenz mantiene con el SCH, que ascienden a 59 millones de euros.

En la junta del año pasado, Botín confesó que ganó 2,524 millones en 2001, lo que supone que en 2002 ha reducido su salario un 2%. Junto a ello, Botín obtuvo 9,4 millones de euros en concepto de compromisos de pensiones y unos 67.000 euros por representar al SCH en el consejo de administración de su aliado el Royal Bank of Scotland.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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