Ideas para los nuevos tiempos
Santos Barea, Miguel Garay y Fernando Mora crearon hacia 1996 el estudio de arquitectura BGM. Confluían en ese proyecto distintas sensibilidades y trayectorias en busca de una arquitectura para los nuevos tiempos. Santos Barea y Miguel Garay son responsables del edificio que alberga la Escuela de Arquitectura de San Sebastián, fruto de las inquietudes que caracterizaron los años 80, cuando aún se creía en la ordenación de la ciudad y en la capacidad del arquitecto como diseñador urbano que dialoga con la historia de la arquitectura.
Pero los tiempos cambian. Ahora, BGM se suma a ese permanente intercambio que el arquitecto establece con el entorno, con la construcción de la ciudad y con los nuevos materiales, como se puede disfrutar en su último proyecto, la reforma de Arteleku, el centro de Cultura y Arte Contemporáneo de San Sebastián. Sin perder el recuerdo de lo que fue este espacio, una antigua fábrica, el proyecto de BGM integra el mundo del siglo XXI y, sobre todo, sus nuevas prácticas artísticas, con un especial guiño hacia los materiales pesados que caracterizaron la escultura vasca de la segunda mitad del XX.
El edificio se presenta al visitante recubierto por una segunda piel de chapa ondulada translúcida que lo protege del sol. Ya en su interior, el espacio de la planta baja (donde se ha llevado a cabo la reforma) es casi continuo y se confunde con el patio trasero reconvertido en jardín. Para lograrlo se ha utilizado el vidrio en aquellas dependencias que requieren de tabiques como las de la administración, la sala de reuniones o la sala multimedia. Además, toda la fachada posterior, que antes sólo se abría a través de grandes puertas metálicas, es ahora un gran tabique de cristal que aporta luz y espacio.
El centro de la planta es un gran espacio multifuncional que se comunica con el salón de actos cuando se abren sus puertas correderas. Y luego están la biblioteca y la sala de ordenadores. La primera, que alberga uno de los más interesantes centros de documentación sobre arte del País Vasco, contiene en su interior la biblioteca personal del escultor Pepe Espaliú, en una estructura flotante que aprovecha los altos techos de la sala. Y para los ordenadores se ha proyectado una caja colocada de forma irregular en una de las alas de la planta baja. Con paredes de cristal y cubierta de madera, su especial disposición resalta la memoria de la antigua fábrica que se ha mantenido con la disposición de cables y tuberías al aire.
Las prácticas artísticas han cambiado, pero Arteleku mantiene la dedicación a algunas de ellas. Para la serigrafía y la litografía se han habilitado sendos pabellones exteriores, pero comunicados por un pequeño pasillo con el interior. Son dos cajas de chapa ondulada, en este caso opaca, que tienen continuidad con la que hace de parasol también en la fachada trasera.
Y ya aparte, para el trabajo en hierro y madera se ha construido un pabellón de neta inspiración racionalista construido en hormigón y con un muelle que permite trabajar al aire libre y evoca ese mundo industrial, de materiales pesados, para el que está destinado. Estos tres pabellones exteriores están ligeramente separados del suelo con el fin de crear una sensación de inestabilidad que recuerde a la marisma que cubrió esta zona próxima al río Urumea.
PERFIL
Garay, Barea y Mora son profesores en la Escuela de Arquitectura. Allí, el próximo jueves, explicarán sus ideas arquitectónicas que han proyectado desde 1996. Desde los bloques de viviendas de Hernani, con una solución de escalera como espacio común, hasta la tienda Echegoyen de Bilbao o la cubierta de la plaza de la Verdura de Villabona, muestra de su gusto por creaciones sencillas, livianas, gracias al uso de los nuevos materiales.
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