El Gobierno ha gastado 6 millones por la suspensión de la pesca del verdel
La suspensión temporal de la campaña de pesca del verdel le ha supuesto un coste de seis millones de euros al Ejecutivo. Este dinero se ha ido en pagar las compensaciones a la flota por la imposibilidad de faenar debido a la presencia del fuel vertido por el Prestige en las aguas del Cantábrico. La prohibición de pescar verdel entró en vigor el pasado 18 de febrero y, según las estimaciones del Ejecutivo, durante este tiempo se han podido dejar de pescar hasta 5.000 toneladas de esta especie.
Finalmente, todos los pescadores de las comunidades del Cantábrico que utilizan el anzuelo podrán faenar a partir del próximo lunes, una vez que la Administración central ha levantado la veda. El Departamento de Pesca llegó ayer a un acuerdo con el ministerio para que se abran los caladeros, después de que el ministro de Agricultura y Pesca, Miguel Arias Cañete, retrasara la apertura hasta el 24 de marzo. En el caso de la pesca de cerco, la que afecta directamente a la costera de la anchoa, la flota no podrá faenar hasta el próximo 31 de marzo.
El consejero de Pesca, Gonzalo Sáenz de Samaniego, presentó ayer un informe técnico elaborado por la Fundación Azti que demuestra que el pescado del litoral vasco está en condiciones para el consumo, ya que no ha sido contaminado por el fuel. Azti, que dispone de laboratorios especializados, ha analizado 207 muestras correspondientes a 18 especies de interés pesquero, de las que el 20% eran de verdel.
Según el consejero, "lo peor" de la marea negra ya ha pasado para Euskadi. En el Cantábrico sólo queda un 5% de las 20.000 toneladas que entraron tras el vertido.
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