El Consejo de Seguridad sigue negociando sin convicción
Más por inercia que por convicción, los miembros del Consejo de Seguridad siguieron negociando ayer una improbable salida a la crisis iraquí. En una cierta atmósfera de desidia, los 15 mantuvieron encuentros informales todo el día para intentar salvar algunos retales de la lista británica de condiciones a Sadam y discutir la propuesta de compromiso chilena. "La verdad es que no sé muy bien para qué seguimos reuniéndonos cuando los dos proyectos ya han muerto, pero es la lógica de la ONU", comentó desanimado el portavoz de uno de los cinco países permanentes.
El embajador ruso ante la ONU, Serguéi Lavrov, resumió con sarcasmo la situación: "Hablaremos mientras podamos seguir hablando. Siempre hay espacio para la diplomacia... en la ONU. Los tres copatrocinadores de la resolución no hablan con nosotros, están más interesados en otros miembros", dijo Lavrov, refiriéndose a Guinea, Camerún, Angola, Chile, México y Pakistán, los seis países árbitros de la votación; "de todas formas, odio trabajar los fines de semana".
Pendientes de la cumbre entre Bush, Aznar y Blair, los embajadores tenían previsto trabajar hasta el lunes para mantener abierta la vía diplomática. Pero el Consejo de Seguridad parecía irremediablemente estancado. Francia no mostró gran interés por el plan chileno. EE UU ya no veía modo de conseguir una "mayoría moral" en el Consejo que le permitiera arropar legalmente la guerra. "Para mí, está claro que no tienen los votos", dijo el representante chino, Wang Yingfan.
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