EE UU rechaza el plazo de tres semanas para desarmar a Irak propuesto por Chile

La Casa Blanca despachó ayer de forma perentoria el compromiso ofrecido por el presidente chileno, Ricardo Lagos. Ari Fleischer, portavoz de George W. Bush, se limitó a decir que la propuesta no merecía ni ser considerada, ya que concedía a Irak un plazo de tres semanas para el desarme. "¿Más tiempo? ¿Tres semanas? Estamos ya al final del proceso diplomático. Hemos recibido antes", dijo Fleischer, "propuestas similares. Si entonces dijimos que no eran de recibo, menos lo son ahora". La respuesta de EE UU se produjo casi inmediatamente después de que Lagos terminara su exposición.

Francia, por su parte, también echó un jarro de agua fría sobre la iniciativa de Lagos. El portavoz del Ministerio francés de Exteriores defendió anoche la disposición de París a reducir los 120 días propuestos inicialmente, pero siempre que se establezca un plazo "realista", es decir, entre dos y cuatro meses. París, añadió, considera que "no tiene sentido" fijar un plazo de "tres días o tres semanas" ni dar cualquier paso que implique un automatismo en el recurso a la fuerza, informa Joaquín Prieto.

La propuesta de Lagos consistía en el cumplimiento de cinco condiciones de desarme por parte de Irak en un plazo "acotado y realista" de tres semanas. La iniciativa había sido elaborada por Chile junto con otros países miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, y Lagos informó telefónicamente de ella ayer al primer ministro británico, Tony Blair, y días antes al jefe de los inspectores de la ONU, Hans Blix. Sin embargo, el presidente chileno no supo hasta el final que su propuesta nacía muerta: la Casa Blanca la rechazaba de plano minutos después.

Las condiciones propuestas por Chile eran: sacar a 30 científicos iraquíes identificados por la ONU fuera de ese país para ser entrevistados; dar a conocer todo proyectil que tenga gas mostaza y probar su destrucción; poner a descubierto los 10.000 litros de ántrax no encontrados o entregar información fehaciente sobre su destrucción; destruir todos los misiles Al Samud 2 y sus componentes y hacer pública toda información que establezca que los vehículos a control remoto no son portadores de armas químicas.

Estas garantías deberán ser verificadas por inspectores de la ONU y la calificación quedará en manos del Consejo de Seguridad. Si Sadam no cumple estas condiciones en el plazo propuesto, dijo Lagos, "Irak debe asumir las consecuencias que establezca la resolución 1.441, incluyendo también el uso de la fuerza". Se trataba, sostuvo Lagos, de "metas verificables y plazos realistas", dos componentes fundamentales, porque "metas sin plazo razonable y preciso no garantizan el desarme de Irak, y plazos perentorios, pero que no sean realistas, conducen inexorablemente a la guerra".