La Asamblea aprueba la Ley de Residuos con apoyo de PP y PSOE

La Asamblea aprobó ayer, con el voto favorable del PP y del PSOE y la abstención de IU, la Ley de Residuos, que trata de hacer realidad el principio reflejado en el Tratado de Roma según el cual "quien contamina, paga". El PP, en solitario,aprobó la Ley del Impuesto de Residuos, que supone la creación de un nuevo canon que gravará el depósito en vertedero de los residuos y su abandono en lugares no autorizados.

La Ley de Residuos obliga, por ejemplo, a que los nuevos desarrollos de los ayuntamientos de más de 1.000 habitantes tengan puntos limpios y a que los polígonos industriales y grandes centros comerciales dispongan de instalaciones para la recogida selectiva de basuras. En el capítulo de residuos peligrosos, el texto obliga a sus productores a someterse cada año a una "auditoría ambiental". Las sanciones previstas en la ley podrán llegar a 3 millones de euros y a la inhabilitación para el ejercicio de cualquiera de las actividades recogidas en el texto. Julio Setién (IU), mantuvo que estas leyes eran demasiado importantes para votarlas a todo correr, ya en el final de la legislatura.

Y es que el de ayer fue el penúltimo pleno de la legislatura. Tan sin ganas ya todos los diputados, que el presidente de la Cámara, Jesús Pedroche (PP), tan cuidadoso siempre, se equivocó y le quitó nada menos que diez minutos al parlamentario popular José Cabrera cuando éste intervenía en defensa de la política sobre mayores. Al rato, Pedroche rectificó: "Señoría, que me he equivocado y tiene usted 15 minutos y no cinco como le había dicho". Cabrera, con buen humor, replicó: "Yo es que soy muy disciplinado y pensé que se había cambiado el reglamento sin decirme nada. Estaba dispuesto a atenerme a mis cinco minutos".

Lo malo es que ya se habían tocado las campanas de votación -suenan igual que toques funerales- y sus señorías dejaban a medias los cafés y las copitas para correr hacia un hemiciclo semivacío. Pocos escuchan. Debe de ser porque, como decía Oscar Wilde, "si se escucha, se corre el riesgo de ser convencido".

Pregunta feliz

Para evitar ese riesgo, seguramente, la oposición ya ni pregunta al presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, que ayer se limitó a contestar la pregunta feliz de su correligionaria Cristina Cifuentes sobre el establecimiento en Madrid de la Fundación Arco. Así da gusto.

Por cierto, que de poetas habló el socialista Antonio Chazarra: "Las ciudades", dijo, "son libros que se leen con los pies". Son versos de un cantautor, Quintín Cabrera, y, aunque sólo fuera por eso, mereció la pena la cita. Podía haber citado a otro cantante, al rockero Rosendo, con lo de "veo, veo, mamoneo", que lo hubo, dicho sea sin faltar el respeto. Porque a ver si no hay mamoneo con lo del hipódromo, y desde hace años.

En el pleno de ayer, sin ir más lejos, hubo una proposición no de ley presentada por IU y defendida, sin éxito, por el diputado Franco González instando al Gobierno regional a hacer algo con el hipódromo de la Zarzuela. Se rechazó.

También se aprobó, por unanimidad, la modificación de la ley de la creación del parque regional del Manzanares y Jarama.