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BIOLOGÍA

La aparición de la cabeza fue un hito en la evolución

Hace más de 3.000 millones de años, la vida apareció en la Tierra bajo la forma de organismos unicelulares. De ellos evolucionaron formas más complejas -organismos multicelulares como las algas, o seres parecidos a los gusanos- hasta llegar, millones de años más tarde, a los animales con cabeza, como moscas y reptiles. Los científicos que estudian este gigantesco árbol de la evolución creen que la aparición de la cabeza fue un hito muy importante en la historia de la vida animal. Marcó el principio de la alimentación activa y el comportamiento predador, dando lugar a una carrera por la superviviencia que aceleró el ritmo de la evolución.

Los recientes estudios genéticos sugieren que la primera cabeza apareció hace unos 700 millones de años en un organismo similar a la hidra que puede puede haber sido el ancestro común de muchas especies, desde los caracoles a los seres humanos. La cabeza fue, al principio, un grupo de células nerviosas en la boca del organismo. Algunos científicos creen que era similar al agrupamiento de nervios en la abertura oral de los cnidarios -una familia de criaturas acuáticas que incluyen la hidra actual, la anémona marina y la medusa-. En estas especies, la boca está rodeada por un anillo de tentáculos que los animales utilizan para envenenar y atontar a sus presas. Ésta podría ser la cabeza más primitiva del reino animal.

Hidra seccionada

Los científicos han identificado genes en los corales, las anémonas y las hidras similares a los genes implicados en el desarrollo de la cabeza en animales más complejos como la mosca y el ratón. Brigitte Galliot y sus colegas de la Universidad de Ginebra cortaron la parte superior de una hidra y estudiaron la expresión de proteínas reguladas por estos genes a medida que el organismo regeneraba la parte seccionada. Dedujeron que los mismos genes son los que están implicados en la formación de la parte superior de la hidra, incluyendo la organización de las células nerviosas.

Éstos y otros experimentos sugieren el origen de la cabeza, pero Galliot cree que su desarrollo estuvo condicionado por la necesidad de una alimentación activa. Una alta densidad de neuronas alrededor de la boca podría haber dado al organismo cierta capacidad de maniobra parar atrapar la comida que pasara flotando. Luego, el sistema nervioso pudo haber evolucionado con el fin de atrapar presas con movimientos controlados de tentáculos y llegar, con el tiempo, a convertirse en un sistema nervioso central, un cerebro rudimentario.

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