Los premiados por la Unión de Actores convierten la gala en un símbolo de paz

La gala de los premios de la Unión de Actores, celebrada el lunes por la noche en Madrid, fue un acto dedicado a la paz. Los artistas montaron una mani-fiesta contra la guerra, secundada por organizadores, premiados y asistentes. Este mayoritario sindicato de intérpretes de cine, televisión y teatro, que impulsó la Plataforma Cultura contra la Guerra, celebró la 12ª edición de sus galardones, que fue emitida anoche en diferido por Canal +.

"Hay un pueblo que sufre y tenemos que parar la guerra", apuntó Juan Diego, al recibir su premio. Vicente Gisbert, representante de la Plataforma Cultura contra la Guerra, dijo: "El no a la guerra nos dignifica por encima de fronteras".

Desde que el pasado 1 de febrero la gala de los Goya se convirtió en un grito unánime contra la guerra, los actores han generado una continua actividad. Así, los organizadores de la gala del lunes, celebrada en el Palacio de Congresos, con Juan Luis Iborra, como director, y Antonio Albert, como guionista, a la cabeza, decidieron llevar la calle a los escenarios y montar "una mani-fiesta, una gala libre, festiva y reivindicativa". No asistieron, aunque estaban invitados, la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; en su nombre fue Manuel Pérez Aguilar, director general de Promoción Cultural.

Un vídeo abrió la ceremonia. En él, con la música de Ennio Morricone para Novecento, aparecían imágenes de los actores reivindicando el "No a la guerra". En el Congreso de los Diputados, la tarde en la que fueron expulsados; en la manifestación del 15 de febrero; en el teatro Alcázar; todos unidos frente a las críticas de algunos sectores políticos y profesionales.

El escenario reproducía un rincón urbano con gradas y grandes paneles con lemas de "Libertad de expresión", "Más protección al cine" y "Más teatro". En las gradas, sentados, todos los actores que presentaron los premios. Entre ellos, Jorge Bosso, que presentó el premio Toda Una Vida, concedido a María Isbert -ella se llevó la gran ovación de la noche, todos en pie-, y otros como Pilar López de Ayala, Santiago Ramos, Antonio Resines, Pilar Bardem, Juan Diego Botto, Elisa Matilla, Unax Ugalde o Emilio Gutiérrez Caba.

Como maestras de ceremonias, Blanca Portillo y Llum Barrera, divertidas y descaradas. El humor no faltó en toda la noche. Además de la paz, los protagonistas de la gala fueron los galardonados, que este año, por primera vez, han sido femeninos y masculinos por separado en cada modalidad.

En cine, el premio al mejor actor protagonista recayó en Javier Bardem, por Los lunes al sol, y el de mejor actriz fue para Mercedes Sampietro por Lugares comunes. En teatro, los galardones recayeron en Josep Maria Flotats, por París 1940 ("Nunca pensé que este espectáculo sería tan premonitorio", dijo), y Kity Manver, por El matrimonio de Boston. En televisión, los mejores protagonistas se consideró que eran Juan Diego, por Padre Coraje, y Amparó Baró, por Siete vidas.

Los mejores actores secundarios en cine fueron Luis Tosar y Nieve de Medina; en teatro, Miguel Hermoso y Goizalde Núñez; en televisión, Pedro Casablanc y Terele Pávez. Como actor y actriz de reparto fueron galardonados Joaquín Climent y Mariola Fuentes (cine); Sergio Otegui y Miriam Montilla (teatro); Luis Cuenca y Chiqui Fernández (televisión). Los actores revelación fueron Vicente Romero, por Padre Coraje, y Nieve de Medina, por Los lunes al sol. El premio Especial Unión de Actores fue concedido a la Real Escuela de Arte Dramático.

A lo largo de la noche fueron varios los actores que afirmaron sentirse orgullosos de pertenecer a la profesión actoral, "que ha dado la medida de lo que es".