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Acuerdo para que el Born combine el uso museístico, comercial y cultural

El viejo mercado recuperará sus antiguas marquesinas en el exterior

El viejo mercado del Born combinará el uso museístico, comercial y cultural. La comisión técnica encargada de definir los futuros usos del viejo mercado del Born llegó ayer a un principio de acuerdo basado en esta triple funcionalidad del edificio. Para todo ello se prevé la utilización de un edificio anexo en la calle Comercial, la recuperación en algunos tramos de las viejas marquesinas exteriores del mercado y la construcción de plataformas perimetrales en el interior en las que se situarán las salas de exposición y un mirador.

El futuro del Born está cada vez más definido. El principio de acuerdo alcanzado ayer en la comisión técnica permitirá, una vez se perfilen los detalles, elaborar el plan de usos necesario para convocar un concurso de arquitectura que debe transformar el viejo mercado en un centro cultural multiusos.

Para conseguirlo sin intervenir sobre los restos arqueológicos protegidos se prevé utilizar el edificio anexo de la calle Comercial en el que estaba previsto, cuando el mercado tenía uso bibliotecario, situar las instalaciones de climatización. En este edificio, que podría tener unos 1.000 metros cuadrados, se situarían las oficinas, un centro de interpretación del yacimiento, el salón de actos y otras dependencias. También se prevé intervenir en el interior del recinto mediante unas plataformas que recorrerán perimetralmente el conjunto a la altura de la calle, pero sin afectar al yacimiento situado en cota más baja. En esta zona, y en las dos esquinas en las que no hay restos, se situarían las salas de exposición temporal y permanente, la cafetería y otros servicios.

Con todo, la principal novedad consistirá en la recuperación de las marquesinas, que permitirían ganar unos cinco metros a lo largo de todo el recinto exterior del viejo mercado y en la posibilidad de que en algunos puntos puedan abrirse aperturas en el muro perimetral que cierra el recinto. El museólogo Jordi Pardo, que coordina el proyecto por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, señaló ayer que esta última posibilidad se basa en que una parte de estos muros no es original y fue reconstruida. Con todo, indica Pardo, "es sólo una posibilidad porque estos aspectos dependerán del proyecto arquitectónico".

En el aspecto de funcionalidad, lo que ayer se definió fue que el mercado tendrá tres usos básicos: el de museo relacionado con la historia y el urbanismo; el comercial y el de centro de cultura en vivo. El aspecto museístico y de investigación, señaló Pardo, se divide en tres grandes ejes: uno que analizará la Barcelona medieval y moderna, desde los siglos XIII a XVII, a partir básicamente de los restos arqueológicos y de las investigaciones históricas paralelas; otro que se centrará en la transformación urbana de Barcelona a partir de 1714 haciendo especial hincapié en la era industrial, que tendrá como apoyo la arquitectura de hierro del viejo mercado y las actividades y exposiciones que se celebrarán en el edificio de la calle Comercial; y un tercer eje centrado en los proyectos urbanísticos del futuro que se desarrollará mediante exposiciones temporales.

El otro uso del mercado es la recuperación de su carácter comercial. Este aspecto, señala Pardo, se desarrollará en dos direcciones. Por una parte, las estructuras arqueológicas relacionadas con la actividad artesanal y comercial tendrán carácter de museo. Por otra, se potenciará "la creación de espacios comerciales contemporáneos que conectarán con la tradición mercantil del Born", señala Pardo. Es decir, que se instalarán tiendas de artesanía en el recinto del viejo mercado, que en principio se prevé situarlas en el espacio que se ganará al recuperar las marquesinas.

Por último, existe el propósito también de que en lo que eran las plazas y calles que han aflorado tras las excavaciones puedan celebrarse actividades culturales como conciertos y espectáculos de danza o teatrales. Para ello se idearán sistemas de suelos retráctiles que no afectarán a las ruinas, pero permitirán situar las plataformas necesarias.

A la reunión de la comisión técnica asistieron ayer Ferran Mascarell, concejal de Cultura; Jordi Martí, director gerente del ICUB; Josep Ramoneda, director del CCCB; Jordi Pardo, museólogo; Jaume Sobrequés, director del Museo de Historia de Cataluña; Antoni Nicolau, director del Museo de Historia de la Ciudad, y Toni Berini, galerista y representante de la Plataforma de Entidades de la Ribera. El acuerdo de la comisión refleja el que existe entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para financiar el proyecto.

Esperando la titularidad

Una vez que hay acuerdo en el plan de usos del Born, vendrá ahora la definición del proyecto museológico del centro. El historiador Albert García-Espuche, principal experto en la evolución del recinto y los usos y personas que le dieron vida, se perfila como el comisario científico de este proyecto, mientras que un comité técnico encabezado por Antoni Nicolau, director del Museo de Historia de la Ciudad, elaborará el aspecto museográfico. Nicolau también está trabajando con su equipo y el área de Urbanismo en el plan de intervención rápida en el edificio una vez que éste vuelva a ser de titularidad municipal. Está previsto también situar unas pasarelas que permitan al público acceder al interior del recinto mientras no se realice el proyecto definitivo.

Desde el Ministerio de Cultura se asegura que no hay inconveniente en devolver el edificio al Ayuntamiento, pero, afirman, los trámites burocráticos que se precisan son lentos. Menos, sin embargo, que el proceso para decidir si el solar de la futura Biblioteca Provincial en unos terrenos de la estación de Francia es adecuado.

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