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La autopsia descarta que el detenido en La Mina muriera por acto violento

Los análisis determinarán si hubo intoxicación por estupefacientes

La muerte no fue violenta. Ésta es la conclusión de la autopsia que se practicó ayer por la mañana al cadáver de Manuel García Campos, de 33 años y de etnia gitana, que murió el viernes en la comisaría de los Mossos d'Esquadra del barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. Ahora habrá que esperar el resultado de los análisis de diversas muestras orgánicas para saber si el joven murió por intoxicación causada por algún estupefaciente.

Está previsto que hoy se haga pública la autopsia, pero ayer ya trascendió su resultado porque durante su realización estuvieron presentes agentes de la policía científica de los Mossos d'Esquadra y un médico forense designado por la familia del fallecido. Esta última sospechaba que la causa de la muerte era "una paliza" propinada por los mossos.

Javier Viada, abogado de la familia, dijo ayer, después de conocerse el resultado de la autopsia, que la muerte se produjo por encharcamiento de los pulmones y los riñones, lo que podría deberse a un intoxicación por consumo de drogas. "El médico me ha dicho que el cuerpo no presentaba traumatismos. Tenía un pequeño hematoma en la cabeza, pero no afectaba al cerebro", añadió Viada.

El pasado viernes los Mossos informaron de que Manuel García había muerto en la comisaría de La Mina mientras dormía. Los agentes habían detenido al fallecido y a otro vecino de Barcelona después que éstos ofrecieran sustancias presuntamente estupefacientes a dos agentes de paisano. Según los Mossos, en el momento de la detención Manuel García mostró un arma blanca con la que amenazó a los agentes y al mismo tiempo se tragó dos envoltorios de plástico. Acto seguido, dejó el arma en el suelo y se entregó sin ofrecer resistencia.

Los dos detenidos fueron trasladados a la comisaría de Sant Adrià y posteriormente los agentes llevaron a Manuel García al hospital del Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet para hacerle una revisión como medida preventiva por el hecho de haberse tragado los dos envoltorios de plástico. Fuentes de la policía autonómica explicaron ayer que "en principio el detenido estaba bien" y por eso lo volvieron a trasladar a la comisaría. El fallecimiento se descubrió a las 5.50 horas, cuando los agentes fueron a despertarlo y vieron que no respondía a las llamadas.

"Ahora tendremos que ver si hubo omisión de socorro por los agentes", dice el letrado Viada. "También hay que averiguar si el fallecido realmente murió mientras dormía o si sufrió y no se le prestó asistencia", subraya.

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El colectivo gitano del barrio se concentró el sábado para protestar por la muerte del joven y denunciar el "trato vejatorio y violento" que, según ellos, dan los agentes de los Mossos a los gitanos desde que el pasado 1 de enero asumieron las competencias de seguridad en La Mina. "Han venido a limpiar el barrio [los Mossos]. Está bien que lo limpien de la droga, pero no que vengan a por nosotros de la manera en que lo están haciendo. Antes esto no pasaba", dijo un vecino del barrio que ayer acudió al velatorio de Manuel García en el tanatorio de Can Ruti, en Badalona. "Mi hermano era un yonqui y no me creo que llevara dos papelas de droga. Él no traficaba, compraba para él", dijo la hermana del fallecido.

La de Manuel García es la segunda muerte que se produce en una semana en las dependencias de los Mossos d'Esquadra. El pasado martes falleció en Olot por un edema pulmonar Antonio M. P, de 35 años, horas después de haber recibido un tratamiento de metadona en un hospital.

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