La incertidumbre mundial eleva el paro en Estados Unidos al 5,8%
La tasa de desempleo subió hasta el 5,8% en Estados Unidos durante el mes de febrero después de que las compañías recortaran 308.000 empleos, la mayor pérdida de puestos de trabajo producida en el país desde noviembre de 2001, entonces bajo los efectos directos del 11-S. Ahora es la amenaza bélica en Irak, ayudada circunstancialmente por el mal tiempo, el principal factor disuasor del empleo. A pesar de la debilitada actividad económica, la productividad sigue creciendo y en el último trimestre del año lo hizo un 0,8%, para cerrar 2002 con un 4,8% de incremento, el mayor porcentaje desde 1950.
Las empresas están recurriendo a la tecnología y a Internet para mantener sus niveles operativos. "Con ganancias en la productividad como éstas no debe sorprender que la contratación de trabajadores sea tan débil", comentaba un analista. La debilidad laboral cubre todo el espectro del sistema productivo. En febrero hubo pérdidas de empleo en la industria, en la construcción y en los servicios, según los datos del Departamento de Trabajo.
Igual que las empresas que aguantan el enfriamiento obtienen buenos resultados por la mayor productividad, los trabajadores que conservan sus empleos lo hacen con aumento de ingresos. Según las estadísticas, la retribución media por hora trabajada subió un 0,7% hasta 15,08 dólares.
8,5 millones de desempleados
No es ningún consuelo para los 8,5 millones de desempleados registrados ahora en EE UU, 2,8 millones más que en otoño de 2000, unos meses antes de que estallara con fuerza la contracción de la que todavía no se ha recuperado la economía. El aumento de una décima con respecto a la tasa de paro de enero no sorprendió a los expertos -la propia Reserva Federal, banco central estadounidense, ha vaticinado para finales de año un desempleo entre el 5,75% y el 6%-, pero tampoco impidió que calificaran de catastrófica la pérdida de más de 300.000 empleos, aunque Trabajo atribuyera una responsabilidad parcial a las nevadas y el frío.
El aumento del paro mina la confianza de los consumidores y algunos economistas temen que acabe por doblegar la invencible tendencia a gastar de los estadounidenses. El consumo mueve el 70% de la economía norteamericana y "una caída en el gasto de los consumidores arrojaría a la economía a una doble recesión", opinaba ayer un analista citado por Reuters, en referencia a la recuperación de la anterior, que no termina de consolidarse.
El Libro Beige de la Reserva Federal, que sirve como directriz en la reunión de dentro de 10 días que fijará el precio del dinero, constata lo tenue de la actividad en enero y febrero, "con pocos cambios en los gastos de capital o en los planes de contratación" de las empresas. El banco emisor mantiene que la paralización es fruto de la incertidumbre creada por la situación en Irak y que si el conflicto se resuelve rápido, la economía despegará con vigor.
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