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Reportaje:

A la Casa Real como última salida

Dos mujeres y un hombre marchan a pie desde Jaén a Madrid para exigir una casa que reivindican desde hace 15 años

Ginés Donaire

Salieron ayer, pero no saben cuándo llegarán. Y eso si el cuerpo aguanta el trote de 335 kilómetros a pie. Ahí es nada. Dulcenombre León Morales, su cuñada Ana y su otro cuñado Luis Cuevas Moreno emprendieron ayer la que consideran su última cruzada para intentar arreglar una situación que califican de "desesperada".

Iniciaron una marcha a pie que los llevará desde Jaén a Madrid para instalarse, una vez allí, ante las puertas del Palacio de la Zarzuela con el fin de que los Reyes de España se conviertan en sus principales aliados para encontrar la vivienda que llevan reclamando, sin éxito, a las autoridades locales desde hace 15 años. Ahora viven, como pueden, en casas de familiares en condiciones infrahumanas.

Con la mochila a cuestas, saco de dormir, calzado deportivo y, sobre todo, mucha dosis de esperanza, los tres eligieron como punto de partida las puertas del Ayuntamiento de Jaén. Y no fue algo casual.

Dulcenombre mostró a los periodistas hasta siete solicitudes de trabajo y vivienda dirigidas al Consistorio hace dos años y que nunca obtuvieron respuesta. Tan sólo el concejal de Asuntos Sociales, Antonio Lucas, del PP, les prometió la semana pasada, cuando amenazaron con encerrarse en las dependencias municipales, darles un trabajo en las cuadrillas ciudadanas.

Como quiera que el empleo tampoco ha llegado, los tres decidieron ayer elevar su protesta hasta las más altas instancias. Y lo hicieron exhibiendo una pancarta por las calles del centro de Jaén donde podía leerse: "La Constitución nos da derecho a una vivienda digna".

Pero el calvario de estos vecinos proviene de lejos y tiene mucho que ver con su situación de marginación social. En el caso de Dulcenombre León lleva 15 años reclamando un techo propio. Cuando todavía no era mayor de edad se independizó y empezó a llamar a las puertas del Ayuntamiento, en aquella época gobernado por los socialistas. Tampoco hubo suerte.

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Dulcenombre, que está parada, ha dejado en Jaén a su marido enfermo, mientras que la tutela de los tres hijos del matrimonio la tiene asumida la Junta de Andalucía por la situación de marginalidad de la familia.

Igual de dramática es la situación de Ana, que no quiere facilitar su identidad completa por temor a represalias de su marido, del que se ha separado recientemente por los malos tratos recibidos y de los que todavía quedan secuelas en su rostro.

Ana tiene cuatro hijos y una nieta, y todos ellos han quedado al cuidado de la hermana mayor. Asegura que sus únicos ingresos son de 42 euros al mes por la hora semanal de trabajo en un almacén de limpieza. Ana tiene asma y por eso no sabe cómo podrá aguantar la marcha.

Para ayudar a ambas se unió a la expedición Luis Cuevas, cuñado de Dulcenombre, que hace suyas las reivindicaciones de sus compañeras de ruta. "Sólo hemos tenido promesas, pero nadie nos soluciona el problema", se lamenta.

Lo que les ha movido a caminar hacia la Casa Real ha sido la carta que recibieron recientemente de la Casa de Su Majestad el Rey, donde el jefe de la secretaría de despacho, Miguel Guitart, comunicaba a Dulcenombre que doña Sofía había recibido su carta enviada unos días antes.

Instrucciones de la reina

"El jefe de este gabinete, de acuerdo con las instrucciones de su majestad, ha remitido la misma a la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, que ejerce la competencia en la cuestión que plantea, para que lo estudie el organismo correspondiente y, en su caso, le haga llegar directamente la resolución que proceda", se le indicaba en la carta que les hizo recobrar la esperanza.

Sin embargo, a finales del pasado mes de enero recibieron otra misiva del jefe de servicio de Arquitectura y Vivienda de la Delegación de Obras Públicas en Jaén, Antonio Ortega Suca, donde se les comunicaba que su petición había sido trasladada al Ayuntamiento "con el fin de que la tengan en cuenta en el supuesto que quedara alguna vivienda de promoción pública vacante". Otro jarro de agua y vuelta a empezar.

Mengíbar, primera etapa

Pasadas las siete de la tarde, Dulcenombre, Ana y Luis llegaron a Mengíbar, el final de su primera etapa después de caminar más de ocho horas y recorrer algo menos de 30 kilómetros desde la capital jiennense. Nada más llegar buscaron un lugar techado donde pasar la noche con sus sacos de dormir. "No queremos molestar a nadie", dijo Dulcenombre.

Durante el trayecto, muchas llamadas, de familiares y periodistas, sobre todo, pero ninguna del Ayuntamiento de Jaén. El concejal de Asuntos Sociales, Antonio Lucas, reconocía por la mañana, a través del gabinete de prensa, que era una reivindicación que se arrastraba desde hace 15 años, aunque la antigüedad no parece ser el criterio prioritario para este tipo de adjudicaciones. Lucas admitió también la impotencia municipal para afrontar la demanda de viviendas. "Hay 300 familias en lista de espera, pero en esta legislatura sólo se han entregado 52 viviendas sociales", dijo un portavoz suyo.

El grupo municipal de Izquierda Unida eleva el déficit de viviendas sociales en Jaén a más de un millar y responsabiliza de la situación, por igual, al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía por incumplir los dos últimos planes de vivienda suscritos entre ambas Administraciones. IU llevó recientemente este caso hasta el defensor del pueblo andaluz, que llamó la atención al Consistorio jiennense y a la Consejería de Obras Públicas por su falta de colaboración en esta materia. "Es una responsabilidad compartida entre las Administraciones, las cuales deben asumir sus competencias en el marco de los principios de coordinación y colaboración", se decía en el informe emitido por la oficina del defensor en abril del pasado año.

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