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ESTRENOS

El gran musical vuelve a Hollywood

La película 'Chicago', con 13 candidaturas a los Oscar, se estrena en España

El éxito hace un año de Moulin Rouge y ahora de Chicago (la película de Rob Marshall candidata a 13 oscars de Hollywood) parece indicar el renacimiento de un viejo género: el musical, esa fórmula clásica, con gente que canta y baila para expresar lo que no dice, y que fue olvidada -e incluso despreciada- por Hollywood en las últimas décadas.

El cambio de mirada ha sido radical. No sólo lo demuestran las 13 candidaturas de Chicago a los Oscar, sino los 100 millones de dólares conseguidos por el filme en la taquilla estadounidense, una cifra desconocida para una película de este género desde Grease, el famoso musical teen que interpretaron John Travolta y Olivia Newton John. "Si Moulin Rouge abrió la puerta al género, nosotros la hemos tirado abajo", se ha jactado el director de Chicago, el novato Rob Marshall. Sin embargo, Marshall no podrá cantar victoria hasta después del próximo día 23, cuando su cinta tendrá que demostrar si es capaz de conseguir el Oscar a la mejor película, algo que ningún musical ha logrado desde Oliver (1969).

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"No tengo nada contra los musicales, pero cuando vi Chicago en Broadway literalmente no podía entender cómo iban a llevarlo al cine", reconoce Richard Gere, que interpreta -junto a Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones- el filme. Gere no opta, como sus dos compañeras de reparto, a ningún Oscar, pero sí se llevó el Globo de Oro al mejor actor de comedia o musical. Bob Fosse siempre quiso llevar al cine su musical, pero falleció, víctima de un infarto, en 1987, sin poder cuajar el intento. El libreto de John Kander y Fred Ebb -autores también de otro clásico de Fosse, Cabaret- cayó en el olvido hasta que, en 1996, Chicago se reestrenaba en Broadway. Madonna y Goldie Hawn se enamoraron entonces de la obra, querían llevarla al cine e interpretar los papeles principales, pero el proyecto volvió a fracasar. "Ha sido verdaderamente valiente acometer un musical como éste", afirma un ejecutivo de Hollywood, para quien la victoria de Chicago en los Oscar está asegurada. "Tendrían que hacerlo muy mal para no ganar", asegura, a pesar de que las estadísticas no son favorables al cine musical en los premios de Hollywood.

Moulin Rouge no cosechó más que dos de las seis estatuillas a las que aspiraba, en la categoría de vestuario y dirección artística, y su recaudación en taquilla fue más bien discreta pese a la promoción (58 millones de dólares en Estados Unidos). En las últimas décadas, por cada éxito como Cabaret, Fama o Flashdance se han producido sonoros fracasos como Pennies from heaven, Xanadú o A chorus line. Incluso ese rincón que el género musical había encontrado en el cine de animación (con éxitos como La sirenita o La bella y la bestia) parecía haberse secado en los últimos años.

"También se dijo que los musicales estaban de vuelta cuando Evita ganó el Globo de Oro", recuerda Alan Parker, realizador no sólo de esta obra, sino de otros musicales como Fama, The commitments o El muro. "¿Y cuántas óperas rock se hicieron a continuación? Ninguna. Por eso creo que el éxito de Chicago no significará, necesariamente, nada más".

El pesimismo de Parker contrasta con la noticia de un buen número de proyectos para hacer nuevos musicales. Destacan, entre otros, los de cineastas como Steven Soderbergh (Solaris, Ocean's eleven), quien ha insinuado sus ganas de hacer un musical, o el mismísimo Steven Spielberg, que también parece dispuesto a hacer su incursión en el género. El productor de Chicago, Marty Richards, llevará al cine la versión cinematográfica de The life, un musical sobre las prostitutas de Time Square y, además, adaptará a la pantalla la ópera de Steven Sondheim Sweeney todd. El boom del musical no termina ahí: se preparan Into the woods (otro clásico) y Bye, bye birdie. Además, Whoopi Goldberg prepara una película en la que también canta y baila.

Renée Zellweger y Richard Gere, en <i>Chicago,</i><b> de Rob Marshall</b><i>.</i>
Renée Zellweger y Richard Gere, en Chicago, de Rob Marshall.

Los caminos de un viejo espectáculo

El director de Chicago, Rob Marshall, es un coreógrafo neófito en el oficio de director. El realizador -que opta al Oscar a mejor director- llegó a las oficinas de los estudios Miramax para hablar de la posible adaptación de Rent, un musical inspirado en La bohème que narra las vicisitudes de los jóvenes artistas del East Village. Marshall dejó su idea aparcada y salió con el guión de un viejo espectáculo, Chicago, debajo del brazo. Su misión: conseguir lo que nadie había logrado desde que esta obra de Bob Fosse se estrenó en Broadway en 1975. Renée Zellweger se fue a cenar una noche con Marshall y acabó la velada cantando a pleno pulmón en el restaurante. Ni qué decir tiene que consiguió el papel por el que ahora aspira al Oscar a mejor actriz. "Colgué mis zapatillas de baile a los 19 años, pensé que esos tiempos se habían acabado. Nunca pude imaginarme que acabaría haciendo un musical", asegura su compañera de reparto, Catherine Zeta-Jones, también candidata al Oscar por Chicago, en su caso como mejor actriz de reparto.

Las dos actrices, de 33 años, se sometieron a unos ensayos maratonianos antes de empezar a rodar. El trabajo dio sus frutos en un filme en el que hasta Richard Gere interpreta un número de claqué. "No fue nada fácil por mucho que hubiera hecho musicales de joven", asegura el actor.

Chicago cuenta con todo el glamour de los antiguos musicales, pero su presupuesto -45 millones de dólares- no da (al menos en Hollywood) para muchas lentejuelas. Preocupado por no dejar fuera de su audiencia al público más joven (y más taquillero), Harvey Weinstein insistió en contratar para el papel de Kitty (una nueva asesina en esta trama) a Britney Spears. Por suerte, el trabajo (que no incluía número musical) fue a parar a Lucy Liu. La otra sugerencia de Weinstein fue más afortunada, descubriendo el talento para el cine de la cantante Queen Latifah, candidata al Oscar -también de reparto- por su vibrante retrato de Mama Morton, la guardesa de la cárcel. "Todo está siendo una gran sorpresa porque nunca pensé en verme incluida entre las aspirantes al Oscar", admite esta artista de hip-hop que ha grabado para la banda sonora del filme una versión propia del tema Cell block tango junto a Lil'Kim y Macy Gray.

Pero los puristas pueden respirar tranquilos: gracias al acuerdo firmado por los compositores John Kander y Fred Ebb (que han creado un tema original para esta película con el título de I move on), las nuevas versiones no podrían ser incluidas en el metraje del filme, aunque sí en el disco de la película. "Me siento satisfecho", manifiesta Richard Gere. "Trabajamos duro y creo que hemos llegado muy cerca de lo que nos habíamos propuesto".

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