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Reportaje:AMENAZA DE GUERRA | La zona del conflicto

"¡Cállate, mono! ¡Marioneta!"

El delegado iraquí en la Conferencia Islámica insulta al kuwaití en una sesión retransmitida en directo que tuvo que ser interrumpida

Lo más notable de la cumbre extraordinaria de los 56 países miembros de la Conferencia Islámica, celebrada ayer, fue el violento altercado entre las delegaciones de Irak y Kuwait. "¡Cállate, mono!", le dijo el vicepresidente iraquí, Izzat Ibrahim al Duri, al ministro de Exteriores kuwaití, el jeque Mohamed Sabah al Salem al Sabah. También fue curioso que se reuniera la cumbre en el pequeño emirato de Qatar, que sirve de cuartel general en el Golfo de unas tropas estadounidenses que arden en deseos de guerrear contra Irak y su comunicado final afirmara: "Los países islámicos no participarán en ninguna acción militar contra la seguridad y la integridad territorial de Irak o cualquier otro país musulmán".

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Como el cónclave de los 22 países árabes que se celebró el sábado en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, el de los 56 países musulmanes de ayer tan sólo dejó claro que a la gran mayoría no le ilusiona en absoluto la guerra contra Irak. De ahí el compromiso mínimo salido de esta cumbre, semejante al de Sharm el Sheij: no habrá soldados de países musulmanes entre las fuerzas que puedan invadir Irak.

Ahora bien, es posible que algunos de esos países presten sus territorios como trampolín para esa invasión. Ya lo están haciendo, de hecho, Qatar, Kuwait y Bahrein. Y, aunque el Parlamento de Turquía lo haya rechazado, Washington aún desearía que ese país alquilara su suelo. En la cumbre de ayer sólo estuvieron presentes la cuarta parte de los 56 jefes de Estado convocados; los demás enviaron ministros o delegados de menor nivel. El sentimiento mayoritario era contrario a la guerra. El mundo musulmán, que cuenta con más de mil millones de habitantes y es mucho más amplio que el árabe, al incluir países como Turquía, Irán, Pakistán, Indonesia y Malaisia, no cree que esta guerra sea justa ni necesaria. La resolución del problema palestino le parece una tarea más imperiosa.

Eso dijeron la práctica totalidad de las voces que ayer se expresaron en Doha, la capital de Qatar. Eso no quiere decir que los dirigentes del mundo musulmán deseen enfrentarse a EE UU, así que pocos asumieron el tono y el contenido del discurso del vicepresidente iraquí. Y también es cierto que un pequeño grupo de países musulmanes (Kuwait y otros pequeños emiratos del Golfo) son ahora aliados de EE UU. Esto produjo el incidente más espectacular de la jornada. El iraquí Izzat Ibrahim al Duri dijo: "Todos podéis ver con qué perfidia y brutalidad Kuwait amenaza la seguridad de Irak y ruega a las tropas norteamericanas que se amasen en su suelo". El jeque Mohamed Sabah al Salem al Sabah, ministro kuwaití de Exteriores, hizo entonces un comentario inaudible. La respuesta del vicepresidente iraquí fue: "¡Cállate, marioneta, agente de EE UU, mono! ¡Maldito sea tu mostacho, traidor al mundo islámico!". El kuwaití ondeó una banderita de su país y replicó: "Los iraquíes siempre se comportan así". Como ocurrió en Sharm el Sheij con el choque entre el libio Gaddafi y el príncipe heredero saudí Abdulá, este altercado fue retransmitido en directo por las cadenas de televisión.

La cumbre se suspendió temporalmente y los anfitriones de Qatar tuvieron que hacer tremendos esfuerzos para congregar de nuevo a las delegaciones y lograr que todo terminara con un impreciso comunicado. No cabía esperar ninguna iniciativa de esta cumbre y no se produjo. Kuwait y Bahrein deseaban que en Qatar se prestara la atención que no se le prestó en Sharm el Sheij a la propuesta de Emiratos Árabes Unidos para que Sadam dimita, se exilie y su país sea puesto bajo mandato de la Liga Árabe y de la ONU. Pero la gran mayoría de los países islámicos rechazó de plano discutir este asunto.

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