EE UU prepara un bombardeo diez veces más intenso que el de 1991
Miles de bombas dirigidas por láser caerán en los dos primeros días
Estados Unidos iniciará la invasión de Irak con un bombardeo abrumador. Miles de misiles y bombas dirigidas por láser caerán durante dos días sobre instalaciones militares, defensas aéreas y sistemas de comunicaciones. "Queremos un conflicto breve", explicó el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor del Pentágono, general Richard Myers, "y la mejor forma de conseguirlo es provocar un colapso del sistema para que el régimen iraquí asuma inmediatamente que la derrota es inevitable".
Será, según el general Myers, una guerra "muy, muy diferente" a la del Golfo. El bombardeo inicial será 10 veces más intenso que el de 1991 y se realizarán simultáneamente "rápidas incursiones terrestres". Mientras el objetivo del ataque aéreo consistirá en quebrar todo espíritu de resistencia en el enemigo, las tropas de tierra buscarán destruir en las horas iniciales los sistemas que el Ejército iraquí podría utilizar para lanzar las armas químicas y biológicas que, según Washington, guarda en lugares secretos. El Pentágono quiere evitar "reacciones desesperadas" del régimen iraquí.
Detalles finales
El jefe directo de la operación militar, general Tommy Franks, acudió ayer a la Casa Blanca para presentar a George W. Bush los detalles finales del plan de invasión, una vez efectuadas las modificaciones necesarias por la imposibilidad de utilizar territorio turco para lanzar un ataque desde el norte. "Será más difícil sin contar con Turquía, pero se hará de todas maneras", afirmó el general Myers, quien aseguró que se mantenía la idea de la "pinza" sobre Bagdad con un doble avance: hacia el norte desde Kuwait y hacia el sur desde un lugar no revelado. El frente norte se abrirá, muy probablemente, con el envío desde Kuwait de fuerzas aerotransportadas al Kurdistán iraquí.
"Haremos todo lo posible por evitar víctimas civiles", declaró el general Franks tras su reunión con el presidente. "Es imposible predecir, sin embargo, si habrá más o menos víctimas, en ambos bandos, que en la guerra del Golfo; eso dependerá de las decisiones que tome el Gobierno de Bagdad, y de si quiere exponer a su población y utilizar escudos humanos", explicó el jefe de la operación.
En 1991, según la versión oficial de Irak, murieron en el bando iraquí unos 75.000 soldados y unos 45.000 civiles; según Estados Unidos, las bajas militares fueron 100.000, y las civiles, 3.000. En el bando de la coalición vencedora hubo 148 muertos estadounidenses, 24 británicos, 2 franceses, 1 italiano y 39 de países árabes.
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