Las cooperativas europeas defienden el mantenimiento de las ayudas de la UE
Los agricultores vinculan su subsistencia a las subvenciones
El presidente de Cogeca (entidad que aglutina a las cooperativas europeas), Marcus Borgström, señaló ayer en Pozoblanco (Córdoba) la necesidad de mantener las ayudas europeas "para la subsistencia" de los agricultores, dijo. La afirmación se enmarcó en las décimas jornadas técnicas organizadas por Covap, la mayor cooperativa andaluza ubicada en el Valle de los Pedroches (Córdoba).
Borgström dijo en su ponencia que, a tenor del tamaño de los países y la estructura agraria de la UE, los agricultores y las cooperativas de la UE "nunca podrán mantener su estatus ante la llegada de productos más baratos que provienen de países como Australia o Nueva Zelanda". La exigencia del responsable de Cogeca, que mueve un volumen de negocio de 210 millones de euros, llega en un momento de reflexión en el que Europa se plantea cambios en los modelos cooperativos, como el tipo de socios (agrarios o no agrarios) o las relaciones entre las empresas de distribución y producción.
Sobre el marco jurídico del cooperativismo, el presidente de Cogeca aludió a la necesidad de implantar un estatuto comunitario que evite los problemas de la ausencia de una legislación trasnacional.
Borgström puso el ejemplo de agricultores de regiones fronterizas que, a veces, "traspasan la frontera de su territorio en busca de materias primas a un precio más reducido en otro Estado".
Dentro del debate sobre la consolidación del modelo tradicional de cooperativa o las nuevas formas de asociación, el director general de Covap, Miguel Ángel Díaz Yubero, dijo que la UE está apostando por el modelo tradicional con asociaciones de gran tamaño que a la vez agrupan una amplia y diversificada producción.
En ese panorama, las cooperativas agrarias de la UE alcanzan una cifra media de negocio de 100 millones de euros, mientras que en España el volumen económico se sitúa en los tres millones. Esto demuestra, según Díaz Yubero, la "debilidad del sector" y un nivel de concentración "alejado de lo deseable, sobre todo al enfrentarse al sector de la distribución, que sí se caracteriza por un alto nivel de concentración", apuntó.
Modelos nacionales
Al margen de la exigencia de legislación transnacional exigida por el presidente de Cogeca, el director general de Covap abogó por que cada país y territorio desarrolle el modelo que más satisfaga a sus cooperativistas, socios y productores. Díaz Yubero apostilló que, en un marco europeo con 30.000 empresas cooperativas que aglutinan a casi nueve millones de socios y a más de 600.000 trabajadores, la fusión de las cooperativas agrarias es "necesaria" para avanzar en la comercialización y alcanzar a acuerdos más razonables con el sector de la distribución.
El presidente de Covap, Tomás Aranguez, abogó por crear un sello de calidad a través de la Confederación de Cooperativas para avalar la calidad de los productos realizados por las asociaciones de agricultores y ganaderos.
Aranguez supeditó la medida al control y auditorías externas para las agrupaciones que deseen acogerse a ese sello como fórmula para estar a la altura y evitar los problemas que surgen en el sector a la hora de enfrentarse a un mercado de distribuidores cada vez más concentrado.
Por su parte, la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, señaló que uno de los objetivos de la entidad que dirige es consolidar su presencia en el mundo rural: "Somos el primer banco en domiciliaciones de cotizaciones agrarias", precisó.
Botín, que acudió a las jornadas de Covap en las que han participado unos 400 representantes de cooperativas, entidades financieras e instituciones, argumentó que la mitad de las sucursales de Banesto, patrocinadora de las jornadas, se encuentran en el ámbito rural, de ahí la apuesta por consolidar este mercado.
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