_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Fatal recambio

Nada educa tanto como equivocarse mucho. Hace apenas ocho meses escribíamos aquí que "no todo son malas noticias. A algunos se les nota tanto el solipsismo megalómano que logran generar muy sanas gratificaciones cuando fracasan en sus empeños. Caso destacado ha sido esta semana el presidente del partido ODS de la República Checa, Václav Klaus, que ha perdido probablemente su última oportunidad de asumir la jefatura del Gobierno y ejercer -es cuestión de carácter- como Rey Sol en Praga".

Craso error y pronóstico erróneo. Desde ayer, Václav Klaus es más que eso, es jefe del Estado y releva en el cargo a uno de los hombres más dignos, intelectualmente más honestos y políticamente más veraces que ha tenido Europa en muchísimos años. Pero además, su peor enemigo. Esto ya define a Klaus como político y persona. Es la perfecta antítesis de ese hombre bueno, dramaturgo reflexivo y humanista que, con los pulmones destrozados por el humo, se retira sus últimos años a una vida tranquila con Dagmar, su mujer, quizás a Lanzarote.

Más información
El conservador Klaus sucederá a Havel en la presidencia checa

Klaus es todo lo que Havel desprecia. Tiene pose de Margaret Thatcher con bigote cano, obsesión en favor de un liberalismo primario y mucho desprecio hacia la Europa unida en la que la República Checa entrará en enero. Su elección puede acabar con este Gobierno en Praga y muy pronto ser un perfecto incordio más a sumar a la larga lista que los europeos sufrimos. El castillo de Praga, el Hradsin, apenas desalojado por un gran estadista poeta, es ocupado por un mercantilista implacable e iracundo. Malos tiempos para la lírica sobre el río Vltava.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_