'Le Monde' denuncia una campaña de calumnias para impedir su desarrollo

"¿Le Monde amenaza a Francia?" se interrogaba ayer en primera página el prestigioso vespertino, denunciando una campaña de mentiras y calumnias organizada contra él y reflejada en las 631 páginas de un libro titulado La face cachée du Monde (La cara oculta de Le Monde) que saldrá a la venta hoy. El diario anuncia acciones judiciales contra los autores de esta obra, que considera parte de una operación destinada principalmente a impedir que continúe su desarrollo. La difusión del rotativo (405.983 ejemplares diarios en 2001) no ha dejado de crecer en los últimos años.

Los autores sostienen la teoría de que la actual dirección "opta siempre por la interpretación menos generosa en relación con este país y sus habitantes", lo cual atribuyen a la "pasión" de su director, Jean-Marie Colombani, por su Córcega natal; y a que el jefe de la redacción, Edwy Plenel, fue trotskista en su juventud y trenzó después una red de fuentes que le permitió revelar hechos tan duros para Francia como el hundimiento del Rainbow Warrior, de Greenpeace, por los servicios secretos de su país.

El libro está firmado por Philippe Cohen -que salió de Le Monde en 1987- y Pierre Péan. Acusan al director, Jean-Marie Colombani, de haber impulsado una negociación entre los nacionalistas de Córcega y el ex primer ministro Lionel Jospin. Al cabo de 631 páginas, en las que dicen haber invertido dos años de trabajo, los autores lanzan la especie de que Jospin se implicó a cambio de que Le Monde sostuviera su candidatura a la presidencia de la República, sin aportar prueba alguna. Al mismo tiempo acusan al diario de haber hundido a Jospin con revelaciones sobre su pasado trotskista. Con una desenvoltura todavía mayor, sugieren que varias informaciones publicadas permitieron a terroristas corsos ponerse a salvo.

Del director de la redacción, Edwy Plenel, prefieren dar crédito a la teoría del ex presidente de la República François Mitterrand furioso por las revelaciones de sus secretos bajo la firma del periodista. Mitterrand supuso que Plenel trabajaba "para una potencia extranjera" y ordenó que se le pusieran escuchas telefónicas. Para los autores del libro, Le Monde está en manos de tres personas: el director, Jean-Marie Colombani (elegido en 1994); el director de la redacción, Edwy Plenel, y el presidente del Consejo de Vigilancia, Alain Minc.

Le Monde ha pedido a sus abogados que se querellen respecto a las "mentiras, difamaciones y calumnias" más flagrantes. Sin embargo, comprometido con la libertad de expresión, el periódico ha renunciado a pedir medidas cautelares contra la difusión del libro.

El asunto ha provocado un revuelo considerable. Se trata de un episodio virulento de la guerra entre medios de comunicación. Le Monde, limitado hasta fecha reciente al diario del mismo nombre y a las participaciones que posee en Le Monde Diplomatique y en el periódico regional Midi-Libre, ha comprado la revista Courrier international y negocia la adquisición de otras publicaciones no diarias. La ampliación de su independencia económica no complace a todos: la revista L' Express, propiedad de la misma empresa que Le Figaro -el principal competidor de Le Monde- ha publicado varios capítulos anticipados, organizando así una acogida escandalosa al libro que sale hoy.

El director de la redacción de Le Monde, Edwy Plenel, firmó ayer un largo artículo en el que buscaba explicaciones a su publicación. Para él, existen "contenciosos personales" de los autores y del editor, alimentados además con la "animosidad de algunos círculos mitterrandistas" y la "venganza de medios ultrasoberanistas".

Pero estas explicaciones "no bastan para justificar la violencia de la carga en que una amplia colectividad humana queda reducida a un rango de marioneta de tres hombres". A juicio de Edwy Plenel, "esta novela de espías" no tiene otro objetivo que "provocar una crisis interna en Le Monde e impedir que consiga federar en torno de sí un grupo de prensa independiente".

Pierre Georges, celebrado cronista que firma todos los días en la última página del diario, escribe en esta oportunidad para explicar el orgullo que siente de trabajar en Le Monde, donde precisa que ha conocido a cinco directores diferentes.

Los autores ponen en duda la transparencia de las cuentas del diario. El vespertino recordaba ayer la regularidad con que publica cada año la información financiera que le afecta. Su cifra de negocio consolidada en 2001 alcanzó 403,8 millones de euros, con un resultado de explotación de 0,8 millones de euros, y el de 2002 "no debería estar muy lejos del equilibrio". El grupo de publicaciones del que forma parte perdió 13 millones de euros en 2001.

Con 405.983 ejemplares de difusión, según la OJD, Le Monde es el diario más importante de Francia y uno de los grandes títulos que cuentan en el mundo. Los autores de la obra en cuestión opinan, sin embargo, que no puede compararse a otros grandes periódicos internacionales.