Clinton sostiene ante un país conmocionado que sólo trató de proteger su vida privada
"La simple realidad", asegura el informe de los abogados, "es que a la
Cámara de Representantes se le ha planteado el caso de los esfuerzos de un
hombre por mantener en privado una relación inadecuada". Con esta
explicación, los abogados argumentan que, cuando Clinton se negó a revelar
que había mantenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky, no mintió,
sino que se resistió a contar toda la verdad en defensa de su privacidad.
Ésta es la estrategia que Clinton está montando desde un punto de vista
legal. En el plano político, la táctica parece destinada más bien a ganar
tiempo. El actual Congreso no va a poder adoptar una posición sobre el
informe Starr antes de que finalice su periodo de sesiones, en la primera
quincena de octubre, para permitir la celebración de elecciones
legislativas en noviembre. El nuevo Congreso no empezará a reunirse hasta
el próximo mes de enero. Para entonces, Clinton confía en haberse ganado
las simpatías de la opinión pública con el fin de hacer imposible un
proceso de destitución. La primera encuesta conocida ayer -aunque matizada
por el hecho de que una tercera parte de los entrevistados confesaba no
haber leído por completo el informe de Starr- mostraba un 58% a favor de
una censura sólo moral al presidente, un 34% a favor del proceso de
destitución y un 12% partidario de la dimisión de Clinton. Esta encuesta,
de CNN-Gallup, empieza a recoger el estado de conmoción en que todavía se
encuentra la sociedad norteamericana tras conocer los detalles más
escabrosos de la relación sexual entre Clinton y Monica Lewinsky. Los
principales políticos estadounidenses guardaron ayer silencio.
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