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Navarra decide la reconversión total del sector de ambulancias

El Gobierno navarro rescindirá a finales de este año todos los conciertos que mantiene con empresas privadas para la prestación del transporte sanitario. La reconversión abrirá a nuevas empresas la opción de adjudicarse el servicio de ambulancias en la comunidad foral. El Ejecutivo regionalista, que tuvo que hacer frente a comienzos de año a una huelga de 42 días de los 232 trabajadores del sector, ha decidido acometer una reconversión absoluta del mismo convocando nuevos concursos, a los que dotará con más dinero público.

A fines de 2003, el Gabinete rescindirá los contratos con las cinco empresas que prestan en la actualidad el servicio de ambulancias mediante la denuncia de los mismos. La Administración foral inyectará en los nuevos contratos un total de 715.204 euros añadidos para afrontar las subidas salariales establecidas en el laudo de obligado cumplimiento que puso fin al conflicto. El Gobierno da por buenos los términos salariales del laudo, que dejaron insatisfechos tanto a empresarios como a sindicatos, y asumirá su coste para este año.

El Ejecutivo regionalista dedicó el año pasado un total de 5,1 millones de euros a financiar el servicio. Dos de las empresas privadas del sector, las que cubren el servicio en Pamplona y en Sangüesa, culminan este mismo ejercicio sus contratos, pero el resto tiene adjudicado el concierto hasta el año 2008. La reconversión les obligará a presentarse de nuevo al concurso junto a las empresas que aspiren a adjudicarse el servicio.

Cierre en marzo

Las consecuencias del prolongado paro desarrollado entre enero y febrero se han comenzado ya a notar en las empresas. Ambulancias Iruña, una sociedad anónima laboral que presta el servicio de ambulancias en Pamplona y su comarca y cuenta con más de 80 trabajadores, anunció ayer que sus constantes pérdidas de explotación derivadas de la escasa cuantía de los conciertos le obligará a dejar de prestar el servicio a partir del próximo 8 de marzo.

La empresa, el 80% de cuyos ingresos procede del concierto suscrito con el Servicio Navarro de Salud, suspendió pagos durante la huelga y los interventores nombrados por un juzgado gestionan la crisis de la firma. Sus responsables han destacado que la subida del IPC pactada en el concierto público no cubre los incrementos salariales, de seguros y combustible a los que deben hacer frente, sin contar con el aumento de servicios que se ven obligados a prestar.

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El departamento navarro de Salud pretende elaborar un Libro Blanco en el que se reflejen los criterios de la reorganización sectorial. Entre ellos se han barajado la posible creación de una empresa mixta con presencia pública y privada, la formación de uniones temporales de empresas y la reordenación territorial de los servicios para racionalizar las atenciones.

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